¿Está la región, y en particular las viviendas que habitamos, preparadas para hacer frente a los efectos del cambio climático? ¿Cómo afectan las intensas lluvias recurrentes que, de la mano de El Niño, se han transformado en una amenaza que no distingue barrios ni clases sociales? El déficit habitacional, la falta de planificación urbana, las construcciones defectuosas, se unen al cambio climático para dar forma a un combo explosivo que pone en riesgo las condiciones de habitabilidad.