
La emotiva historia de la elefanta Pupy y su nuevo hogar en Brasil
EntrevistasTom Sciolla, director de Equidad y asesor en Conservación de la Biodiversidad, relata en C5N el emocionante viaje de Pupy, la última elefanta del Ecoparque porteño, que recorrió más de 3 mil kilómetros hasta llegar a un santuario en Brasil, marcando el cierre de una etapa y el inicio de una nueva vida.
Contanos desde tu lugar, desde tu vivencia, qué significó todo esto que ocurrió y cómo fue el viaje.
Bueno, como comentaban recién, fue un viaje muy largo, de aproximadamente 2.800 km. Pero, a diferencia de un viaje en auto, este fue mucho más lento. La velocidad promedio fue de unos 80 km/h, y se hicieron muchísimas paradas. Viajamos con un equipo técnico compuesto por profesionales de distintas áreas: veterinarios, biólogos y cuidadores que estuvieron acompañando y entrenando a Pupi durante todos estos años. Durante el trayecto, la monitoreábamos constantemente a través de cámaras para asegurarnos de que estuviera bien y no atravesara situaciones de estrés significativo.
Cada vez que veíamos que lo necesitaba, frenábamos para que descansara, le limpiábamos la caja de transporte, le dábamos agua, frutas, verduras y su alimento. Eso hizo que el viaje fuera mucho más largo de lo que uno imagina: no fueron solo dos o tres días como podría ser en un viaje directo. Tardamos entre cuatro días y medio y casi cinco días completos. La verdad es que todo salió muy bien. A diferencia de otros traslados de elefantes en los que participé, Pupi se mantuvo muy tranquila dentro de lo posible, pese a lo novedoso y estresante que debió haber sido para ella. Su calma nos transmitía tranquilidad también a nosotros, lo que nos permitía pensar mejor y actuar con claridad.
Uno empatiza mucho con estos animales durante el viaje, se conecta con sus emociones. Si el animal está angustiado o muy estresado, uno también empieza a pasarlo mal. Me pasó, por ejemplo, con Mara, una elefanta que trasladamos en plena pandemia, la primera que viajó de Argentina a Brasil. Ella estaba bastante estresada y eso nos generaba mucha preocupación. Pero con Pupi fue muy distinto. Se mostró conectada con lo que estaba pasando, pero lo sobrellevó muy bien, y eso también tiene que ver con la excelente preparación previa que recibió. Así que, en definitiva, fue un viaje muy gratificante.