“LAS NUEVAS GENERACIONES BUSCAN COMODIAD, MÁS QUE LO ECONÓMICO”
EntrevistasNos metimos con un gran tema, recurrente pese a los cambios de los tiempos: las expectativas y la presión familiar que cae en muchos jóvenes para seguir ciertas carreras. ¿Por qué persisten los mandatos familiares? ¿Cómo se maneja la ansiedad? Lo analizamos con el licenciado en psicología Marcelo Brosky.
¿Qué presiones hay cuando uno elige una carrera?
Ahí donde se pone en juego todo lo que sea familiar, así que esto la verdad que a partir de las épocas, de las generaciones fue cambiando bastante. En mi generación, en la generación de los que tenemos 50 y algo, venimos de padres que por ahí no eran profesionales y que sabían que entraban a trabajar a un lugar, se especializaban y se terminaban jubilando en ese lugar. En nuestra generación pesaba mucho el tema de ser independiente y profesional, entonces el que no sería una profesión era como romper ciertos mandatos de estos padres que pretendían que seamos excelentes profesionales, independientes, sin estar bajo relación de dependencia.
Las generaciones nuevas, las de ahora, la de los que tienen que elegir 18 ó 19 años, son hijos de los profesionales, de estos profesionales, pero al mismo tiempo ya el paradigma empezó a cambiar: se dieron cuenta que ser profesional no daba ninguna garantía de nada y lo que están buscando ahora, más que lo económico, es tener un bienestar económico por supuesto, pero sí lo que les resulte muy cómodo, cosa que nuestra generaciones o generaciones anteriores no se planteaba eso.
Pero hoy hay más oferta, más posibilidades….
Hay más rebeldía por parte de las nuevas generaciones. Está lo que ellos desean y no en lo que les imponen sus padres, además tienen una carta más amplia, hay muchas especializaciones. Pueden trabajar haciendo home office, que es lo que se busca mucho. Que estemos hablando el romper mandatos siempre duele, porque aparece una culpa. Y estos mandatos por ahí son mandatos totalmente inconscientes. Uno sabe qué es lo que espera cada padre o cada madre cuando un hijo empieza a terminar el secundario y empieza a emprender una carrera universitaria. Yo me preocuparía por esos padres que los hijos tardan en decidir no una carrera, ahí hay una presión de una necesidad. Pero los hijos que estén encaminados en algún tipo de carrera como si eso sería la salvación sí sin duda y es bien difícil manejarla digo.
¿Cuáles son esos tips o cómo lidiar justamente con esas presiones-mandatos que además aparecen en todo ámbito de la vida?
Cuanto más uno se pelea por estos mandatos y cuando uno más quiere diferenciarse, más termina esclavo de estos mandatos. Los procesos de orientación vocacional son procesos que requieren un tiempo como para no solamente elegir la carrera sino permitirse elegir lo que uno realmente sienta, sin el peso de estos mandatos. Y la mejor manera es mirar a los padres, honrar lo que ellos no pudieron hacer y los que están depositando en nosotros, poder mirarlos con esa mirada que todo es por amor y que estos mandatos son una muestra de esto, de este amor que nos tienen y que viene de generación en generación.
¿Y los miedos como la ansiedad?
La ansiedad es el estrés de tener que rendir, de tener miedo, de sentir que no nos va a ir bien. Son cuestiones que hay que manejar de alguna manera durante la carrera. Ahí se pone en juego varias cosas: la ansiedad es el miedo al futuro, como emoción. Hay diferentes grados una ansiedad: podemos hablar de lo que sería el ataque de pánico. Cuando uno empieza una carrera universitaria ya estamos en otro nivel.
Después te recibís y ya tenés el título de psicólogo y sentís que no sabes nada porque tiene que ver con un tema de tener miedo a crecer. Se desprenden ahí los estudiantes crónicos que nunca alcanzan ningún curso, o ahora me falta tal especialización, ahora me falta tal posgrado ahora y son estudiantes que nunca dejan de ser estudiantes. La imagen del estudiante es una imagen de un niño. Si dejamos de ser niños, pasamos al mundo de los adultos y ahí se pone en juego muchas inseguridades que también tiene que ver con nuestra historia.
¿Qué pasó con la pandemia?
Hay un dicho que siempre decíamos o al menos se repetía mucho que es: paren el mundo que me quiero bajar. Con la pandemia se hizo realidad, porque se paró el mundo y uno se tuvo que bajar de un montón de cuestiones y donde uno empezó a ver la posibilidad de la muerte, la posibilidad de la finitud mucho más cercana. Entonces la gente se empezó a replantear a partir de la pandemia sobre todo, cómo hago para vivir mejor, cómo hago para encontrar esto de muchas veces uno se pregunta tanto sobre el sentido de la vida y en realidad hay veces que se nos va la vida buscando el sentido y el único sentido de la vida es vivir. Y esto es lo que uno está buscando ahora como entrenamiento de cómo hacer, tantos jóvenes como adultos. Cómo hacer para lograr vivir bien, para vivir mejor.
Y esto es parte de la vida, ¿no?
La realidad es que si todos nos ponemos a pensar los procesos de crecimiento, cuando nos tuvimos que separar de mamá y papá para ir al jardín, el primer día de primaria, o sea todo lo que implica el crecimiento, siempre da una cosita. Por suerte hay muchas muchas técnicas hoy por hoy que tenemos al alcance: la meditación, yoga, terapia, como para poder empezar a entender que para vivir bien también hay que entrenarse como uno entrena un deporte nuevo o un idioma nuevo.










