«Estudiar la carrera de Martillero Público en la Facultad de Derecho fue para mí un gran desafío»
ProtagonistasClaudia nació en Resistencia, Chaco. Es hija de Don Alejo Ojeda y Doña Marcelina Regina Chara, ambos originarios de la etnia Qom. “Mi familia de base está compuesta por mis padres (mamá falleció en pandemia) hermanos; éramos siete, pero han fallecido tres”, cuenta la profesional.
“Estudiar la carrera de Martillero Público en la Facultad de Derecho fue para mí un gran desafío… uno más, de todos los que decidí afrontar en la vida”, explica orgullosa.
Sus estudios primarios los cursó en el Instituto Aida Zolezzi de Fiorito en el barrio Toba de Resistencia. Su colegio secundario en tanto, fue la escuela técnica Simón de Iriondo de la misma ciudad.
“En aquel tiempo de adolescencia, me levantaba muy temprano para ir caminando de madrugada con otras compañeras para llegar al colegio a las 7:30. Recuerdo que en mi 4to año -cuando tenía 15 años- mi estabilidad emocional adolescente se resintió mucho y me hizo tomar una decisión que lamento hasta hoy día: decidí abandonar mis estudios”, recordó arrepentida.
Durante esos años, la vida de Claudia cambió radicalmente. El destino quiso que fuera madre siendo muy joven. Formó en aquel tiempo su familia, conformada hasta hoy día por sus 4 hijos: Mariano, Valeria, Josias y Génesis quienes, con el tiempo, la hicieron felizmente abuela de doce nietos.
Recuerda en su relato que a sus 30 años quedó sola con sus hijos. “Se me ocurrió entonces pedir a mi padre ayuda con una beca social para superar aquella situación difícil. Y entonces mi papá me contestó con una frase que cambió mi forma de ver las cosas. Me dijo “si no terminaste con tu secundaria todavía, ¿cómo puedo yo ayudarte?.Entonces nuevamente me puse como desafío finalizar mis estudios … ¡Y lo hice!»
Hace 12 años que Claudia está en pareja con Sergio. Fué él quién la inscribió en la Carrera de Martillero Público en la Facultad de Derecho, Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Nacional del Nordeste y se inscribió a la par para estudiar juntos. Y en su balance de reconocimientos, Claudia destacó a su compañero de vida, soporte y arenga fundamental en este proceso de esfuerzos y logros compartidos.
Empuje ancestral
La reciente profesional egresada de la UNNE cuenta que en el tiempo que tomó la decisión de estudiar en la universidad, fueron muchas las voces que llegaban hasta ella diciendo que no iba a poder estudiar esa carrera.
“Entonces fui nuevamente tras este nuevo desafío de vida, al que ví particularmente como una oportunidad de demostrar a todos los que no creían en mí -y fundamentalmente a los que me alentaron incondicionalmente- que sí podía estudiar y alcanzar mi título de grado. Y aquí estoy, soy Martillera Pública titulada, un logro personal alcanzado con mucho esfuerzo y voluntad”.
Claudia enfatiza en su relato, que siempre avanzó paso a paso, desde abajo, sin renegar de sus raíces indígenas. “Avancé sin prejuicios ni miedos por mi edad para iniciar mis estudios en una universidad y fundamentalmente, sabiendo que tenía que dar -nuevamente- un poco más de mí para alcanzar este nuevo desafío… y aquí, estudiando la carrera de Abogacía para seguir capacitándome y lograr servir con mayores herramientas a mi comunidad” subrayó.
Tras consultarle por qué eligió la carrera de Martillero Público, Claudia respondió a UNNE Medios que sabía que no existía en la comunidad un indígena formado a quién recurrir para asesorarse con respecto a temas tan delicados como ser bienes familiares. “O contribuir también con la idea de formar una inmobiliaria por ejemplo, porque para hacerlo, se necesita contar con un título universitario”, destacó Ojeda.
En charla con UNNE Medios, la primera mujer de la comunidad Qom recibida en la UNNE de Martillera Pública, explicó que su adaptación a la vida universitaria, a la tecnología utilizada en las aulas y el estudio de la carrera, le resultó bastante difícil por su edad (49).
“Pero esta fue para mí una oportunidad de vida más para lograr demostrar que se puede.¡Claro que se puede! sobre todo con la ayuda de Programas como el PPI de la UNNE, los que aportaron mucho para mí formación y logro académico”.
Claudia agradeció además la oportunidad y el aporte incondicional brindado por el Programa de Tutores del PPI. “Destaco mucho el trato de todo el equipo de profesionales y tutores pares del PPI con los estudiantes becarios de las comunidades indígenas. Son realmente un enlace que no hace diferencia social con el espíritu de nivelar las oportunidades de educación superior para todos”.
Dejó en el final un mensaje esperanzador para todos aquellos estudiantes que están a mitad de camino o con ganas de iniciar una carrera universitaria. “Sepan que todo esfuerzo tiene su recompensa… y realmente, llegar al final, reconforta el alma”.
Deseo alentar desde mi lugar a todos a continuar con los estudios universitarios; especialmente a las mujeres que deciden postergar sus estudios al formar familia. Sepan que se puede hacer las dos cosas a la vez. La universidad misma te brinda todo tipo de herramientas para alcanzar el título académico”.
El Programa Pueblos Indígenas de la UNNE sigue sumando logros. Ya son 12 los nuevos profesionales de distintas comunidades indígenas de la región NEA egresados en esta Casa de Altos Estudios, que se profesionalizan para sumar aportes valiosos a sus comunidades.
Ellos son muestra efectiva de esta política sostenida de democratización del acceso a la Educación Superior que inició en la UNNE en 2011 y sigue vigente como política institucional en este 2024.