La educación superior en las cárceles
OpinionEste domingo, el secretario de Políticas Universitarias contó los programas que desarrollan algunas universidades en cárceles del país.
La semana pasada fue público el asesinato de un ciudadano de origen armenio en Recoleta y algunos aprovecharon el pedido de baja de edad en la imputabilidad, ya que el principal sospechoso es un adolescente de 15 años. Asesinar es una situación gravísima, merece condena y pagarle a la sociedad y víctimas el daño causado.
En otro momento podemos analizar el debate considerando las herramientas y el futuro que la Argentina le da a sus jóvenes. El gobierno anterior multiplicó la pobreza, incrementó la inflación, dejó una deuda externa impagable, que junto con la pandemia hace que la situación sea muy delicada. Y hubo que atender a 9 millones de argentinos con el IFE, 2 millones y medio con el ATP.
Pero si relacionamos todos los datos, me parece interesante plantear la educación universitaria en contextos de encierro. Porque tenemos un dato clarísimo: en nuestro país, el 85% de los internos no finalizó la educación obligatoria (primaria y secundaria). Estamos hablando de una población que educativamente tiene muchas dificultades.
En nuestro país, el 85% de los internos no finalizó la educación obligatoria (primaria y secundaria)
En ese sentido es muy importante lo que genera la universidad pública. El UBA XXII es el programa que brinda educación superior a internos en el Sistema Penitenciario Federal. El programa comenzó en el año 85, y la primera experiencia es el CUD (Centro Universitario Devoto), producto de la lucha de los internos, de los organismos de Derechos Humanos, entre otras instituciones.
La UBA da clases en 5 unidades penitenciarias. El primero es el Centro Universitario Devoto, segundo el Centro Federal de Detención de Mujeres (Unidad 31 de Ezeiza), la Colonia penal de Ezeiza (Unidad 19), el Centro Universitario de Ezeiza (CUE), y el Complejo Penitenciario Federal 1 en Ezeiza.
En el UBA XXII se dictan las siguientes carreras: Trabajo Social, Letras, Psicología, Filosofía, Contador Público y otras carreras más. El 85% de los estudiantes no reincide, por lo tanto hay un elemento de reinserción social, promoción social muy importante. Hay algunos que hasta hacen dos carreras, entonces esto habla del valor que tiene una carrera universitaria en contexto de encierro. Los que logran construir un proyecto dentro de la cárcel no reinciden, por lo tanto cumple con la función que según la Constitución deben tener las cárceles.

Hay un Interno que se graduó en Sociología en el CUSAM, y decidió volver al mismo barrio y abrir una biblioteca y trabajar en prevención para que los otros chicos no pasen por la situación que pasó él.
En 2008 se puso en marcha el CUSAM (Centro Universitario San Martín) en el Penal 48 de José León Suarez. Lo gestiona conjuntamente la UNSAM con el Servicio Penitenciario Bonaerense.
En la CUSAM se estudia Sociología, Trabajo Social, se brindan talleres y oficios artísticos, Cerámica, Crónica, Poesía, Música, Teatro, Radio, entre otros cursos.
Es un modelo único e interesante porque estudian al mismo tiempo varones y mujeres, todos internos, pero a su vez se forman junto con los agentes del Servicio Penitenciario, porque en CUSAM estudian los penitenciarios. Es decir, están los que los cuidan y los internos, todos juntos, es un momento que todos son estudiantes y eso cumple con el precepto que tiene la Universidad pública que es juntar lo que es distinto.
Este año dimos muchas noticias sobre aporte en materia científica, de investigación, inclusión e infraestructura, pero también existe un trabajo silencioso de fuerte contenido social que nos parece interesante poder poner en valor.









