
La universidad de “los detalles”
Opinion19 de julio 2023La rectora de la UNCUYO, Esther Sánchez, escribe en la última edición de Actualidad Universitaria que edita el CIN, a propósito de la extensión de su universidad y la forma en que la acción de la universidad se compromete con el tejido social.
Por la Cont. Esther Lucía Sánchez (*)
Vicepresidenta de la Comisión de Extensión, Bienestar Universitario y Vinculación Territorial
Rectora de la Universidad Nacional de Cuyo.

La primera idea que aparece en el imaginario colectivo cuando escuchamos hablar de la universidad pública en Argentina es la de una institución de educación superior de alta calidad académica, laica, gratuita, inclusiva, que forma profesionales, técnicos y artistas y que integra activamente el entramado social. Esto implica mucho más. Nuestra infraestructura edilicia y de equipamiento está al servicio de la comunidad, como espacios abiertos para la reflexión, el análisis y el desarrollo de actividades significativas para la sociedad.
El sentido de pertenencia de nuestro personal de todos los claustros y niveles excede el mero cumplimiento de su perfil de puesto. Todas y todos son conscientes y sienten el compromiso con los desafíos que enfrentamos en la actualidad, como la sostenibilidad y los derechos humanos en su sentido más amplio. Las universidades públicas en Argentina juegan un papel central en el desarrollo de los ámbitos científico, tecnológico, económico, cultural y artístico del país. Tenemos organismos artísticos que se destacan a nivel nacional e internacional y que son referencia en las comunidades que les dieron origen.
Uno de los papeles más relevantes de nuestras universidades, aunque no tan conocido, es el de promover y liderar debates interdisciplinares esenciales en temas de ética y valores, a la luz de las necesidades que los rápidos cambios sociales y tecnológicos imponen. Dos campos muy interesantes y controvertidos son, por ejemplo, el de la Biotecnología y el de la Inteligencia Artificial.
“Nuestra infraestructura edilicia y de equipamiento está al servicio de la comunidad, como espacios abiertos para la reflexión, el análisis y el desarrollo de actividades”.
Lo anterior conlleva la responsabilidad de satisfacer las necesidades presentes y, en lo posible, futuras de las y los estudiantes, repensando y actualizando continuamente los contenidos y las actividades pedagógicas pertinentes. La promoción de la Ciencia Abierta, movimiento que busca hacer que la investigación científica sea accesible, está marcando el rumbo científico de nuestras casas de estudios. En eso radica la potenciación del trabajo colaborativo en el cumplimiento con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la urgente respuesta a los problemas del cambio global. Esto se basa en seis principios: transparencia, escrutinio, crítica y reproducibilidad; igualdad de oportunidades; responsabilidad, respeto y rendición de cuentas; colaboración, participación e inclusión; flexibilidad; y sostenibilidad.
El desarrollo de los centros tecnológicos es una respuesta concreta y directa a este nuevo enfoque. La universidad de los detalles está inserta en el entretejido social, forma parte indisoluble de la comunidad que la contiene y que la sostiene con su esfuerzo; y son estas actividades, fragmentos de ese todo, las que la ubican en el centro de la escena pública y le asignan una responsabilidad para liderar procesos sociales
(*) Publicado en la edición 97 de la revista Actualidad Universitaria