
Las universidades y la soberanía de Malvinas
OpinionAnte un nuevo aniversario de la reivindicación por las Islas Malvinas, el titular de Políticas Universitarias hizo un repaso de los proyectos de investigación iniciados en la temática.
El 2 de abril se cumplió un nuevo aniversario del día de reivindicación de la soberanía en las Islas Malvinas, que además fue el día que la Argentina trató de recuperarlas. La dictadura mandó chicos, mandó milicos también que hicieron un papel muy triste: casi 600 soldados muertos.
Las Malvinas fueron, son y serán argentinas y las Universidades tienen algo que decir y hacer ahí. El sistema científico tecnológico está compuesto en la Argentina por el Conicet, El Cicyt, por todas las Universidades públicas y privadas. En las Universidades se concentra el 75% de los investigadores e investigadoras, hay otros organismos como Conae, INTA, INTI y también está el Instituto Antártico Argentino, que depende del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina, que hoy está dentro de la Universidad Nacional de San Martin (UNSAM).
Lo que traemos para conmemorar a las Malvinas es que el Instituto Antártico fue creado en 1951, como una forma de respaldar los intereses argentinos en la región Antártica y archipiélagos del Antártico sur, poniendo la luz con sus íntimas conexiones, con el resto de nuestro territorio nacional.
Este año se volvió a poner en marcha el proyecto de investigación en conjunto de la Universidad Pública, la secretaría de Malvinas e islas del Atlántico sur de la Cancillería y la Secretaría de Políticas Universitarias.
Acá hay cuestiones culturales históricas y territoriales. Desde 2015, el Instituto Antártico está en la UNSAM y -como sucede con todos los institutos de tecnología y ciencia- casi toda la totalidad de su personal está formado en la universidad pública: en este caso la UBA, UTN y Universidad Nacional de La Plata. En ese marco, graduados y graduadas de universidades públicas estudian los efectos del cambio climático para poder estimar cambios en diferentes parámetros físico químicos y su impacto sobre la biota marina y terrestre.
Se realizan monitoreos permanentes de especies claves para investigar y mitigar los impactos del origen humano asociado, principalmente en la pesquería, investigaciones en la atmósfera, especialmente aquellas vinculadas al estudio del adelgazamiento de la capa de ozono que pone en riesgo la vida humana y la biodiversidad terrestre.
También se estudia microbiología, y este año se volvió a poner en marcha el proyecto de investigación en conjunto de la Universidad Pública, la secretaría de Malvinas e islas del Atlántico sur de la Cancillería y la Secretaría de Políticas Universitarias.
Las universidades comienzan a dialogar con su entorno. Por eso no sorprende la Ingeniería en Recursos Naturales Renovables de la Universidad de la Patagonia Austral, el Instituto de Ciencias Polares y Ambientales de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego y la Geología e Ingeniería en Petróleo de la Universidad de la Patagonia San Juan de Don Bosco.
Hay una reivindicación histórica y política de la soberanía de las Malvinas Argentinas, pero también hay que insistir con los estudios científicos, en ciencias, ciencias duras, ciencias humanas para poder seguir diciendo que las Malvinas fueron, son y serán argentinas.