“Los periodistas más jóvenes se ríen de la grieta y sufren con la precarización”
Entrevistas7 de junio 2021El maestro de periodistas, Carlos Ulanovsky, charló en Radio 10 con Luciana Rubinska sobre los cambios de este oficio que hoy celebra un nuevo día. Los de ayer y los de hoy. Las dependencias e independencias.
¿Qué es el periodismo, cómo podemos definirlo?
El periodismo es un oficio hermoso porque todos los días te deposita en una costa distinta de la información y eso es muy grato. Consiste en mostrar lo que ya es evidente y poner en acción lo que uno ve, “es el ejercicio de la mirada”. Los que éramos socios de Deportea, como Ares, Ferreira, el “Nene” Pano y a mí nos pasó una cosa extraordinaria y es que volvimos a aprender el oficio, eso que hacíamos de taquito en las redacciones lo tuvimos que poner en palabras para explicarle a los chicos y chicas qué es un copete, una nota de color y la diferencia entre una nota de investigación y un perfil. Esto es lo que nos exigió el nuevo aprendizaje del periodismo y la verdad lo hicimos con mucho gusto, sirvió y creo que salimos mejores de lo que entramos.
¿Qué analizamos del ejercicio periodístico de los últimos tiempos? ¿Qué ves?
Los periodistas de antes tenían un grado más de locura y se acercaban muchísimo al periodismo porque percibían que ese territorio podía permitirles cambiar el mundo que los rodeaba. No estaban conformes con el mundo tal cual era y desde ese lugar podían influir para lograr un cambio. Ahora, los más jóvenes se preocupan por otros cambios como el auto y el PH, lo cual no me parece mal, es interesante, atractivo y estimulante tener un auto de este año y vivir en una casa más linda.
En el año 2018 hice un libro para Punto de Encuentro que se llamaba “En Otras Palabras”, 35 periodistas jóvenes entre la grieta y la precarización y aprendí muchísimo con los jóvenes. Ellos se ríen bastante de la grieta y sufren mucho con la precarización, chicos y chicas que ya tenían una carrera y estaban mínimamente instalados, su nombre sonaba, tenían 5 ó 6 trabajos y aún así no les alcanzaba. Pude acercarme a ellos y avizorar una especie de mayor realidad del oficio en este momento.
¿A qué le dan valor los nuevos periodistas?
Los jóvenes con los que hablé le dan valores a los buenas notas, hace unos días hablé con Iván Schargrodsky (él es uno de los entrevistados en el libro) y me parece una cosa extraordinaria que busquen la autogestión, el trabajo independiente, no se conforman con la dependencia. No sabés lo que nos costó a los viejos entender el tema de la independencia, y hay un montón de experiencias en este momento que realmente son extraordinarias. Del Tiempo Argentino al Futurock, El Destape, La Patriada, hay mucha gente que entendió que este es un gran momento para dar el salto a la independencia. Nosotros fuimos criados en la dependencia y admiro muchísimo a la gente de Tiempo Argentino que hace periodismo sin patrones.
También me gusta cómo resolvió su vida personal Hernán Casciari, de quién tenemos que aprender también, cómo pudo decirle que no a dos grandes editoriales globales y como le pudo decir que no a La Nación y al diario El País de Madrid. Esos son los ejemplos que me gustan seguir.
Como dice Ryszard Kapuscinski, “para ser buen periodista, hay que ser buena persona”. Creo en el mundo de las buenas personas, abogar a un mundo más lleno de buena gente y lo que más les diría a los jóvenes es que lean.
¿Qué periodistas lees?
Leo todo lo que me llega y puedo, pero hay cosas que he dejado de leer porque yo sí estoy de un lado de la grieta, evito leer cosas que me hacen daño, pero cuando veo Sobredosis de Televisión, que trato de hacerlo para completar mi información, sufro, me asombro, me indigno.
¿Eso fue siempre así?
Creo que hay 211 años de grieta en este país y no es que la grieta es un invento, es absolutamente de todos los tiempos. Yo, que tengo cierta edad y provengo de un hogar de clase media antiperonista, te puedo decir que gorilas hubo siempre, podemos recordar ese cruel grafiti “Viva el cáncer”, dedicado a Evita cuando ella estaba muy enferma. Procuro en este momento acercarme a las cosas que no me hagan daño o me indigne.
¿Cómo docente, qué le dirías a esas nuevas mentes que piensan ejercer el periodismo?
Les advertiría lo mismo de siempre, los que quieran dedicarse al periodismo deben tener algunas inclinaciones naturales, por ejemplo, la curiosidad. Y segundo, la posibilidad de escribir más o menos bien en español y ser básicamente buena persona. Como dice Ryszard Kapuscinski, “para ser buen periodista, hay que ser buena persona”. Creo en el mundo de las buenas personas, abogar a un mundo más lleno de buena gente y lo que más les diría a los jóvenes es que lean. Aprender a escribir es aprender a pensar. Es bueno corregir y perfeccionar pero también, aprender a soltar.