
POR QUÉ EL NOBEL DE MEDICINA FUE PARA INVESTIGADORES SOBRE VACUNAS
Opinion19 de octubre 2023La columna de Sole nos habló de quiénes son los ganadores del último Premio Nobel de Medicina, Katalin Karikó y Drew Weissman, que han trabajado incansablemente en las vacunas de tipo ARNm, una tecnología que permitió comenzar a inmunizar a la población a apenas nueve meses de declarada la pandemia.
Por Sole Gori
A principios de octubre, como todos los años, se entregan los premios Nobel. Y el premio Nobel de Medicina fue compartido en este caso. Hubo una mujer, que fue la decimotercera que ganó en esa categoría y solo 60 mujeres ganaron el premio Nobel, aunque se está dando desde 1901.
Es un premio bastante antiguo y los que ganaron fueron Drew Weissman y Katalin Karikó, una científica húngara y un científico estadounidense que se conocieron trabajando. Cada uno venía con una especialidad distinta, porque en verdad ella venía trabajando en la molécula ARN que no la nombramos mucho acá (la nombramos en la época del Covid).
El ARN tiene más de 3000 millones de años y lo que hace es llevar un mensaje desde las instrucciones que da el ADN, que es esta molécula que tienen todos nuestros genes, nuestras características y la lleva hacia la maquinaria celular, que es la que terminan siendo las proteínas que las necesitamos para todo o sea para cualquier función que necesite la célula y, por ende, nosotros como todos los organismos vivos necesitan justamente de proteínas y estos ARN son muy importantes.
Ella venía trabajando justamente en el ARN en general y él venía trabajando en células inmunes, en verdad. Y cuando se encuentran en Estados Unidos para trabajar en conjunto sobre cómo este ARN era reconocido por las células del sistema inmunológico, nuestras células del sistema inmune pueden reconocer lo extraño de lo propio o sea se dan cuenta, no rechazan lo que es propio pero sí pueden rechazar lo que es extraño y el ARN que se puede hacer sintéticamente en laboratorio y que es una forma por ejemplo de producir vacunas muy fácil y económica. Tenía ese problema desde los ´80 que se quiere utilizar para vacunas sin embargo empezaron a ver que más allá ya de que era fácil al lado de otros tipos de vacunas tradicionales como pedacitos del virus muerto por ejemplo, empezaron a darse cuenta que había reacciones inflamatorias muy fuertes en las células cuando lo probaban en los cultivos y por ende no iban a poder llegar muy lejos.
Es así que empiezan a hacer algunas modificaciones y se dan cuenta que anulan toda la reacción inflamatoria exacerbada que tenía o sea o sea se ponen a modificar una molécula que tiene 3000 millones de años y logran encontrar que es ese disfraz que de alguna manera le tenían que poner a esta molécula para que pasara de ser esa molécula sintética que rechazaba el sistema inmune por una aceptada por el sistema inmune.
Ellos hicieron la primera publicación en 2005 y recién ahora en pandemia pudieron tener el reconocimiento. De hecho ellos cuentan que fue muy difícil sus inicios en la academia. Fue un trabajo en las sombras por mucho tiempo y de hecho ella cuenta que su madre ya está fallecida pero que siempre le decía vas a ganar el Nobel porque trabajas mucho.
Hay que valorar a los científicos científicas y también esta columna es motivacional también para los que estén estudiando y que sabemos que muchos de los que nos ven están estudiando y no por llegar al Nobel en sí pero que sepan que hay que estar apasionado por lo que uno hace.