50 años con la música
Entrevistas22 de junio 2021El gran cantante argentino charló en Radio 10 sobre cómo es celebrar medio siglo en los escenarios y lo que la pandemia sólo le ha permitido: grabar un disco.
No se cumplen todos los días 50 años con la música ¿Qué referencia tomaste para los 50?
La verdad es que estoy muy sorprendido, 50 años es mucho, sobre todo en un trabajo como este que el tiempo pasa más rápido. Cuando comenzás no te planteas cuántos años estar, este es uno de los pocos trabajos que hacemos el día a día. Depende de muchos elementos.
¿Tu referencia es una primera canción, un primer disco, la primera relación que tuviste con la música?
El conteo empezó cuando grabé el primer disco “Seudónimo”, hecho en Madrid (España).
¿Qué recuerda de ese primer disco, cuál fue el suceso?
Fue un disco increíble, viajé con expectativa, me habían propuesto grabarlo en España y la verdad es que fui muy contento, muy ilusionado, pero nunca pensé que lo iba a grabar en esas condiciones.
Se realizó de una forma extraordinaria, en el mejor estudio, con los mejores músicos, me demostraron una confianza tremenda y los productores, en este caso Luis Aguilé que era un cantante argentino radicado en España muy popular. Hizo todo para que saliera perfecto.
El recuerdo que tengo es que hasta la tapa del disco estaba con una foto de Luigi Corbetta, que es un enorme fotógrafo italiano y todos los detalles estaban cuidados, realmente cuando me propusieron grabar el disco lo hicieron con cierta expectativa de darle continuidad.
¿Cuándo sentiste que podías vivir de la música?
Siempre lo pensé, desde que era niño estaba convencido de eso. Me vine a vivir a Buenos Aires cuando tenía 14 años y ahí empecé a hacer algo dentro de la música, estudié dos cosas: canto y técnica vocal con Alexia de Prat Gay, ella me enseñó a cantar técnicamente bien; y arte, pintura e ilustración.
Ambas son manifestaciones artísticas, desde chico siempre he tenido esa inclinación que lo detectaron las maestras primarias cuando era muy pequeño. Siempre supe que debería ser cantante.
Cuando empezás a cantar, comienzan los problemas porque es muy difícil la profesión. En la adolescencia tuve muchos altibajos, con esas previas de ir a programas televisivos muy importantes que a mí me sirvieron como preparatoria para pegar el salto si llegaba la oportunidad. Mi gran oportunidad llegó cuando realicé el disco en España.
¿Son pocos los privilegiados ya sea por condiciones, capacidad, que pueden vivir de la música?
Por supuesto, cuando uno tiene vocación sobresale, todos partimos de la misma línea, mucha gente quiere seguir canto y después no sé qué es lo que juega a favor de algunos para destacarse.
Cuando vine a Buenos Aires fue para cantar en un programa que se llamaba “La Escala Musical”, era un programa que estaba tallado para la juventud de clase media y en ese entonces se cantaba música pop.
Ese mismo año que debuté en canal 13 también se presentó Sandro con “Los De Fuego”, estaban Los Shakers que eran unos hermanos uruguayos (una banda maravillosa) y a mitad de año desembarcaron de Rosario Litto Nebbia y “Los gatos salvajes”.
Varios de los artistas que cantamos ese año tuvimos un desarrollo en la carrera bastante interesante y prolongada en el tiempo.
¿Cómo llegás a ese programa?
“La Escala Musical” tenía como conductores a Jorge Beillard y Cristina Berys, era patrocinado por la gaseosa más popular y con un público muy joven, incluso había un concurso dentro del programa donde salía “El nuevo valor”, uno de los que se presentó a este fue Luis Alberto Spinetta, era su primera vez cantando en televisión.
¿Te llevó alguien a ese programa, pediste estar, cómo era formar parte de ese concurso?
Llegué ahí porque los sábados iba a cantar a un programa musical en Córdoba, en Canal 12. Y gana un Martín Fierro, se arma una comisión para ir a recibir la estatuilla (era la cuarta entrega de los Martin Fierro), en la delegación me llevaron a mí como una especie de mascota.
Consiguieron que cantara en esa entrega, por supuesto lo hice y nadie me dio bolilla, pasé totalmente desapercibido, salvo para una persona que vio posibilidades y al siguiente día se contactó con la comisión que estaba parando en un hotel del centro.
Esta persona que se contacta era el director artístico de Canal 13 para decirles que estaba muy interesado en contratarme. El contrato fue por un año, me pagaron una mensualidad que era más alta de lo que ganaba mi papá trabajando en el ferrocarril. A veces se dan esas cosas de manera fortuita o surgen cuando menos lo esperás.
¿En este disco de 50 años, qué te representa y qué te generó hacerlo?
Me gustó mucho la idea de hacerlo. Como se cumplieron 50 años, queríamos hacer un poco de ruido, grabar un disco, hacer una exposición de pintura, presentar un libro y además hacer una gira por todo el país.
Teníamos dos giras por el extranjero, una por América Central; la otra por Europa, en Francia y España. Cuando surgió la pandemia cortó todo proyecto, nosotros quedamos stand by, habíamos comenzado a grabarlo a finales del 2019 con Lito Vittale como productor, quien es muy sensible y muy inteligente sobre todo.
A pesar de quedar varado el proyecto cuando comenzó la pandemia, habíamos grabado nueve canciones y Lito me dice… en vez de grabar 17 temas como teníamos previsto, ¿por qué no grabamos diez? Hicimos un primer volumen y luego se hará el segundo. Así se hizo y fuimos eligiendo la música y los distintos intérpretes.
¿Qué recuerda de su papá?
Mi padre era un hombre muy callado, muy orgulloso de lo que yo hacía y como me fui muy joven a Buenos Aires ellos me demostraron una gran confianza. Luego se involucraron en mi carrera, se alegraban cuando pasaban cosas lindas y se entristecían cuando pasaban cosas malas, pero nunca se metieron en otro sentido, por ejemplo mis padres nunca fueron mis representantes.
Mi viejo trabajaba en el ferrocarril, era muy serio y parco de palabras, pero un gran fabulador porque cuando empezaba hablar contaba muchas historias inverosímiles pero que a nosotros nos interesaban, cuando éramos chicos.
Una de las historias que contaba fue cuando trabajaba en La Falda (Córdoba) era verano y estaba limpiando los vidrios altos subido a una escalera, de repente escucha un estruendo y cae, se rompieron los vidrios, nos dijo, y no era una bomba, eran dos aviones que chocaron en el aeropuerto de Medellín donde se murió Gardel, hasta acá sonó… y le creí hasta mucho tiempo después.
Era un hombre encantador, nacido en La Rioja, en Olta, estuvo toda su vida en Córdoba.