
Día Mundial del Parkinson: conciencia y ciencia desde la UNCUYO
EntrevistasFabián Cremaschi, profesor titular del área de Neurología Clínica y Quirúrgica de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCUYO, participa en C5N para reflexionar sobre el Día Mundial del Parkinson. Desde el Hospital Universitario y la universidad se impulsan iniciativas para acompañar a quienes viven con esta enfermedad neurodegenerativa, en una fecha que busca generar conciencia global.
¿En qué instancia estamos hoy respecto a la enfermedad de Parkinson, tanto en cuanto a los avances como al conocimiento actual sobre lo que se puede hacer y lo que se puede mejorar? ¿Cómo lo ves vos?
Bueno, efectivamente, ayer —11 de abril— fue el Día Internacional de la Enfermedad de Parkinson, una enfermedad que fue descripta por primera vez en 1817, o sea que ya tenemos más de 200 años de historia. Y la verdad es que todavía hay dos aspectos muy importantes en los que seguimos en deuda con los pacientes.
El más importante, creo yo, es el diagnóstico precoz. ¿Por qué? Porque todos tienen en la cabeza la imagen clásica del Parkinson: una persona mayor, con temblores, rigidez, lentitud al caminar. Pero lo interesante, desde el punto de vista científico, es que cuando aparecen esos síntomas motores clásicos, la enfermedad en realidad empezó 10 o 15 años antes, y probablemente lo hizo a nivel del intestino.
Entonces, esa es una de las grandes deudas que tenemos hoy. Pero, al mismo tiempo, representa un avance: el haber descubierto esto. Hoy hay mucha investigación enfocada en entender el mecanismo por el cual empieza la enfermedad y en cómo detectarla mucho antes de que aparezcan los síntomas visibles.
Por otro lado, lo que también ha mejorado mucho es el tratamiento farmacológico. Si bien no es lo más importante —porque el tratamiento no farmacológico juega un rol clave—, sí hay fármacos nuevos, y lo más relevante: nuevas técnicas quirúrgicas que están ofreciendo muy buenos resultados.
Te quería preguntar, en el caso de esta enfermedad en particular, que es neurodegenerativa, eso nos hace pensar que no hay una cura, o que sería muy difícil llegar a una, por lo que se pierde, ¿no? En este caso, se trata de neuronas especializadas. Digo, ¿eso es así, o ya podemos hablar de que, con los avances en la investigación, podría vislumbrarse una posible cura en algún momento, ya sea a través de regeneración u otra forma de abordaje?
Muy buen punto. De hecho, algo que siempre les decimos a los estudiantes de medicina es que, por ahora, se olviden de la palabra “curar”. Es muy difícil hablar de curación en medicina. Fijate que incluso en enfermedades como la diabetes o la hipertensión, lo que se busca es mejorar la calidad de vida, no necesariamente curar.
En el caso de las enfermedades neurodegenerativas —como bien dijiste, Soledad—, el problema está en la muerte progresiva de ciertas neuronas con el paso del tiempo. Hoy, hablar de curación no es posible.
Pero mencionaste una palabra muy interesante: regeneración. Y sí, hay estudios que apuntan a la posibilidad de regenerar tejido neuronal, aunque es algo muy complejo. Por eso, hoy te diría que la línea más fuerte de investigación va por el lado de la neuroprotección, es decir, tratar de proteger al cerebro y evitar que se sigan perdiendo neuronas, más que intentar restaurar lo que ya se perdió. Aun así, las investigaciones siguen avanzando en ambas direcciones.