El estudio de guanacos en Argentina
Noticias12 de julio 2021Dos investigaciones paralelas de universidades y organismos científicos busca analizar los comportamientos de esta especie característica de la Patagonia. ¿Qué pasó con una serie de muertes el año pasado?
Las universidades estudian el comportamiento de los guanacos, especie referente de la Patagonia. Por una parte, hay una investigación que lideran científicas de la Universidad Nacional del Comahue y la Universidad Nacional de Cuyo, que con monitoreo de drones ayudarán a una mejor conservación de los animales. Y por otro, la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Unidad Académica Río Gallegos (UARG-UNPA) y la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Sociales (FACSO-UNICEN) estudian la muerte de 81 guanacos por estrés invernal.
Las poblaciones de guanacos en la Argentina se distribuyen de manera desigual. Principalmente habitan en zonas áridas. En el Norte, hay poblaciones pequeñas y aisladas. Se la encuentra más ampliamente en la Patagonia, sobre todo en Chubut y Santa Cruz.
El monitoreo por drones
En las provincias de Neuquén y Río Negro, la mayoría de las poblaciones de guanacos silvestres se encuentran en campos privados. “Una excepción en Neuquén es el área natural protegida de Auca Mahuida y en Río Negro la zona de la meseta de Somuncurá”, precisó Antonella Panebianco, Doctora en Ciencias Biológicas e investigadora del CONICET en el INIBIOMA, UNCo.
Las principales amenazas para los guanacos dependen de cada población y lugar. Entre ellas, se encuentran la cacería, la competencia directa con la ganadería por la alimentación y la degradación del hábitat por manejos no sostenibles de la actividad pecuaria, (cargas ganaderas por encima de lo que soportan los ambientes) que generan sobrepastoreo y desertificación.
En Neuquén, la expansión de la actividad petrolera favoreció en algunas zonas la cacería por los caminos de las picadas petroleras que se abrieron porque generaron accesos que los cazadores utilizaron. Con el cierre de esas picadas en Auca Mahuida afortunadamente comenzó a revertirse esa situación desde inicios de los 2000.
No todas las poblaciones de guanaco están en el mismo estado de conservación. Para el caso de Auca Mahuida, donde la cacería furtiva era un problema, el cierre de caminos de las picadas “parece ser y ha sido una buena decisión para mejorar el estado de conservación”.
El guanaco es una especie emblemática de la estepa patagónica. Fue el herbívoro más abundante en la región hasta la introducción de ovejas desde Europa a finales del 1.800. Reguló la distribución y abundancia de plantas en la región y sirvió como el principal alimento para el puma y el cóndor andino. Si bien las poblaciones históricas eran ampliamente migratorias, la mayoría de los grupos actuales son pequeños y sedentarios, confinados por cercas, ganado y caza. En el pasado, se calcula que había 50 millones de individuos según la organización WCS Argentina. Hoy se estima una población total de unos 2 millones.
En zonas donde hay pocos ejemplares y las poblaciones están amenazadas “las decisiones podrían estar relacionadas con la creación de áreas protegidas”. En cambio, para poblaciones más abundantes que están en conflicto con la ganadería, “tal vez se pueda plantear un manejo integral del pastoreo bajo un concepto de coexistencia entre ambas actividades”, señaló Panebianco. Se puede hacer un uso sustentable del guanaco al capturarlo solo para obtener la fibra, y luego liberarlo. De esta manera, “el guanaco sigue cumpliendo su rol ecológico y los productores que los esquilan pueden encontrar un beneficio”. En Tierra del Fuego, los perros asilvestrados son amenazas para los guanacos.
Como parte de la investigación con drones, se indagó sobre las diferentes alturas de vuelo. Se probó con fotos a distintas alturas. Una prueba inicial se hizo en la reserva de Villavicencio, Mendoza. Se hicieron luego vuelos experimentales en la Reserva Provincial La Payunia, en Mendoza, y en la Estancia Los Peucos, al sur de Neuquén. En la investigación también participaron Pablo Carmanchahi y Romina González Musso. “Los guanacos adultos se pueden detectar muy bien hasta 200 metros de altura, en cambio para las crías hay más margen de error aunque se puede mejorar con técnicas de postproceso para mejorar el conteo”, precisó Natalia Schroeder.
Estudiaron cuáles eran las reacciones de los mamíferos ante el vuelo del dron. “Empezamos a ver cuánto impactaba la altura y la velocidad de avance, y el tamaño del grupo porque el guanaco es una especie de un comportamiento social bastante complejo. Forma distintos grupos según la época del año y tienen un sistema social relacionado con su sistema de apareamiento”.
En la época reproductiva, los guanacos forman grupos diferentes. Cuando esa época se termina, en poblaciones migratorias, como la de Mendoza, esos grupos se disuelven y se forman grandes grupos (que llamamos mixtos) donde se reúnen machos, hembras y juveniles. Y se forman grupos de 200-300 animales y migran hacia zonas menos frías y con otra disponibilidad de alimentos”, informó la bióloga que se encuentra en Mendoza.
Esto permitió descubrir que el tamaño del grupo es una variable importante. Los animales que están solitarios permiten acercar más al drone. En cambio, los grupos muy grandes reaccionan mucho antes. Entonces el aparato no puede acercarse tanto porque los animales empiezan a moverse. A partir de estas pruebas se calcularon umbrales de reacción, o sea alturas mínimas de vuelos que van de 150 a 300 metros. La mayor distancia corresponde a grupos muy numerosos.
“Una hipótesis que queremos corroborar -adelantó Panebianco, que está en Junín de los Andes- es si las poblaciones que tienen mucho disturbio negativo (por ejemplo por cacería) son poblaciones que reaccionan antes. Esto significaría que no nos van a permitir volar el drone tan bajo”.
Sumarán implantes mínimamente invasivos
El guanaco es una especie emblemática de la estepa patagónica. Fue el herbívoro más abundante en la región hasta la introducción de ovejas desde Europa a finales del 1.800. Reguló la distribución y abundancia de plantas en la región y sirvió como el principal alimento para el puma y el cóndor andino. Si bien las poblaciones históricas eran ampliamente migratorias, la mayoría de los grupos actuales son pequeños y sedentarios, confinados por cercas, ganado y caza. En el pasado, se calcula que había 50 millones de individuos según la organización WCS Argentina. Hoy se estima una población total de unos 2 millones.
En Patagonia Norte, la investigación con las científicas Antonella Panebianco, Natalia Schroeder, y equipo incluirá el uso de pequeños implantes subcutáneos mínimamente invasivos en los animales. “Permiten monitorear variables como la frecuencia cardíaca,y podremos saber si los individuos tienen algún tipo de respuesta fisiológica además de la comportamental ante el uso de drones. También se estudiará si estas respuestas están relacionadas”, explicó Panebianco.
“Combinar el uso de drones con otras herramientas de inteligencia artificial para poder contar de manera más precisa también va a permitir ahorrar un montón de tiempo y tener mejores estimaciones y más rápidas”, indicó Panebianco.
Schroeder añadió que uno de los objetivos es desarrollar protocolos de muestreo, “incorporando los disturbios y un análisis de calibración” (compatibilizar la información que se obtiene con el drone y con muestreos terrestres).
La investigadora comentó por qué llevarán a cabo ese tipo de trabajos: “Nos interesa desarrollar un protocolo de monitoreo sencillo y aplicable para que las direcciones de fauna o personas interesadas en el manejo de las especies, por ejemplo, lo puedan usar”.
El guanaco tiene hábitos diurnos. Si el macho detecta algún peligro advierte al grupo mediante un balido. El guanaco puede correr a unos 64 kilómetros por hora. (Fuente: Diario Río Negro)
Las muertes de guanacos en Santa Cruz
En el marco de un convenio específico firmado entre la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Unidad Académica Río Gallegos (UARG-UNPA) y la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Sociales (FACSO-UNICEN), se desarrollan una serie de actividades destinadas a generar conocimiento sobre aspectos ecológicos de las poblaciones de guanaco (Lama guanicoe), que impactan en las investigaciones arqueológicas llevadas adelante por ambas casas de estudios.
En el año 2020, los investigadores de la UNPA-UARG-CONICET, Dres. Flavia Carballo Marina y Juan Bautista Belardi, efectuaron trabajos de campo en la Estancia Bella Vista (cuenca media del río Gallegos, Provincia de Santa Cruz), durante los cuales observaron un número sorpresivamente alto de guanacos muertos por estrés invernal entre los meses de junio y julio de ese mismo año. En aquel momento, en un área de unos pocos kilómetros, se contabilizaron 81 individuos que permanecían articulados y con tejido blando, gran parte de ellos asociados a matas de calafate (Berberis sp.).
Dada la excepcionalidad y relevancia del tema, dichos/as investigadores convocaron a un grupo de docentes investigadores del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano (INCUAPA-CONICET-UNICEN), de amplia trayectoria en estudios tafonómicos, a fin de dar inicio a trabajos en colaboración. Es así que se conformó un equipo de trabajo integrado por especialistas en tafonomía de nuestra casa de estudio, los Dres. María A. Gutiérrez, Cristian A. Kaufmann, Agustina Massigoge, Mariela González, María C. Álvarez, Daniel Rafuse y Nahuel Scheifler y los Lics. Juan Manuel Rodríguez y Marcos Recofsky. Asimismo, participa de este convenio de investigación entre ambas universidades el Dr. Luis A. Borrero, investigador superior del CONICET, reconocido especialista en tafonomía regional.
Como parte de este convenio ya se ha realizado un trabajo de campo en el que se registraron 275 individuos. Se tomaron datos georeferenciales, de sexo, edad y estado de preservación de los mismos; cada uno de ellos se rotuló para su seguimiento en años posteriores. También fueron tomadas muestras óseas para análisis de ADN, que actualmente están siendo procesadas por el Dr. Leonardo Leggieri (CONICET-INIBIOMA).
Las investigaciones son posibles gracias al apoyo de los dueños y el personal de las estancias quienes brindan alojamiento, acceso a sus campos y la logística durante los trabajos. En especial, se agradece al Sr. Claudio Ruibal (Ea. Alquinta), Sr. Brian Halvorsen (Ea. Bella Vista), Srta. Claire Lemaire (Ea. Chank Aike) y a los Sres. Pablo Pérez y Ezequiel y Adán Cejas (Ea. Alquinta) por toda la ayuda brindada para poder realizar las investigaciones.
Los objetivos de las actividades propuestas en el marco del convenio son realizar observaciones tafonómicas longitudinales sobre los guanacos muertos por estrés invernal con el fin de conocer los patrones de mortalidad de esta especie en respuesta a un evento catastrófico, identificar las conductas ecológicas de los guanacos ante el estrés invernal y estudiar los procesos de transformación de los restos de guanacos hasta su incorporación final al registro fósil, poniendo énfasis en los estados de preservación de los conjuntos óseos.
Este registro de guanacos brinda una oportunidad única para este tipo de estudio, dadas las condiciones de muerte, la alta frecuencia de individuos y la facilidad de acceso. Los datos que se generan son de vital importancia para la formulación de modelos tafonómicos de guanaco, la principal presa de los grupos humanos que habitaron la región pampeana durante los últimos 12 mil años. Este camélido actualmente no está presente en dicha región, con la excepción de una población pequeña y relictual en el Parque Provincial Ernesto Tornquist (partido de Tornquist).
Por este motivo, los estudios actualistas con guanaco, necesarios para formular hipótesis sobre las interacciones entre los animales y los seres humanos en el pasado, deben ser realizados en otras regiones de Argentina, donde aún subsisten poblaciones de esta especie. El registro de muertes masivas de guanaco en la Provincia de Santa Cruz se constituye como una oportunidad única para realizar un proyecto tafonómico con implicancias para diversas regiones de nuestro país.
Este convenio brindará la posibilidad de interacción entre investigadores/as de distintas instituciones y especialidades, como arqueología, tafonomía, genética e historia, lo cual contribuirá a una mejor comprensión de la formación de los registros arqueológicos de las regiones pampeana y patagónica y permitirá aportar al conocimiento ecológico de una especie silvestre ampliamente distribuida en nuestro país.