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“La policía bonaerense necesita una reforma imperiosa y lo salarial no puede ser ya una excusa”
EntrevistasEl rector de la Universidad de la Defensa Nacional charló en Desde el conocimiento en Radio 10 sobre las últimas protestas policiales. Hizo un mapa de la región sobre el rol de las fuerzas de seguridad en relación a los Estados
¿Qué fue lo que ocurrió con la Policía de la Provincia en estos días, ¿cuál es su mirada?
Hay un conjunto de factores que convergen para tratar de entender lo que acaba de suceder. Por un lado, las cuestiones materiales que todos conocemos: salariales, infraestructura, si se compara la infraestructura en la Policía Metropolitana o Federal con la que tiene la Policía de la Provincia vas a ver que es diametralmente muy distinta desde hospitales, contención psicológica, jardines maternales… hay una cantidad de cuestiones que la Policía bonaerense carecía hasta esta última revuelta.
¿Qué dimensión tiene la Bonaerense?
Es una de las más grandes de América Latina, son más de 90 mil efectivos, es una policía que históricamente ha tenido algún intento de reforma, pero han fracasado por la misma lógica que esas reformas tienen. Reformar la policía bonaerense es una tarea difícil de llevar adelante por el territorio donde desempeña su función, la problemática vigente, los negocios vinculados. Hace falta una voluntad política enorme para meterse en esa cuestión.
¿Qué otros factores pesaron?
Son las cuestiones vinculadas a la política, algunos de los referentes de esa protesta han tenido intencionalidad política. La problemática policial en Argentina viene de hace muchísimo tiempo, la policía Bonaerense necesita una reforma de manera imperiosa y creo que están dadas las condiciones para avanzar en esa dirección sobre todo a partir de las medidas que se han tomado, el tema salarial ya no puede ser una excusa para no avanzar en reformas más estructurales. La magnitud de esta revuelta tiene que ver también con un contexto político, con una serie de movilizaciones previas por la oposición en un contexto de pandemia, donde las movilizaciones no están recomendadas en ninguna parte del mundo. Hubo mucha irresponsabilidad en rodear la Quinta de Olivos.
“Hubo mucha irresponsabilidad en rodear la Quinta de Olivos”
Entonces, le adjudicás una responsabilidad a Juntos por el Cambio en esta movilización…
Claramente. Hay una serie de movimientos previos que explican la orientación que tuvo. Nos sorprendió a todos.
Lo que ocurre en Chile, Brasil, con las fuerzas de seguridad en general ¿Qué paralelismo se puede trazar si es que hay algo para ser comparable?
Argentina está muy avanzada en el plano de la relación de la política con la fuerza de seguridad y sobre todo con las Fuerzas Armadas. Es una suerte de excepción en América Latina respecto, por ejemplo, a los niveles de subordinación que tienen los militares, al nivel de democratización interna que han desarrollado estos últimos años. Hay una diferencia enorme entre hablar con un militar de Argentina o uno de Chile, Brasil, Ecuador, Perú o Bolivia.
La diferencia fundamental es que un militar en la Argentina tiene muy en claro que la institución no tiene que tener convicciones políticas, y mucho menos actuar como actor político. Ahí hay algo que tiene que ver con nuestra propia historia, con el último régimen militar y las consecuencias que eso tuvo que alejó a los militares argentinos y mucho más a nuestra sociedad de la política.
En el Resto de América Latina ocurre lo contrario, los militares creen que tienen el derecho y el deber de participar en la política, no lo ven como algo negativo. Lo más grave es que sectores importantes de la sociedad tampoco lo ven negativamente, esto sería impensable en la Argentina, la misma sociedad lo rechazaría.