Para aprender los idiomas de la inclusión
Opinion18 de julio 2023La Lengua Argentina de Señas y el Código Braille –ahora incorporados en el Laboratorio de Idiomas de la UNaB– permiten derribar las barreras sociales de la discapacidad y tienden puentes para construir comunidad de una forma abierta e integradora.
Por UNAB
Culturalmente, la mayor parte de nuestra capacidad humana para comunicarnos se la debemos a los sentidos de la vista y el oído, por lo que las discapacidades visuales o auditivas pueden representar para la persona una fuerte barrera para la vida autónoma y la integración social, familiar, educativa y laboral.
O no: porque hoy entendemos que las barreras para la integración de las personas con discapacidades tienen más que ver con el entorno social que con una condición física o de salud. Sobre todo, desde que existen herramientas como la Lengua de Señas o el Código Braille, que proponen modos de comunicación alternativos que posibilitan el acceso a la cultura, la educación, el trabajo y la vida social.
La Lengua Argentina de Señas es un sistema de comunicación gestual con elementos verbales y no verbales, que ha permitido que las personas sordas e hipoacúsicas puedan integrarse en una comunidad lingüística abierta, de la que participan tanto ellos como quienes los rodean: “Proponemos conocer el alfabeto dactilológico, en el que las letras se representan con los dedos, y puedan desarrollar al máximo los recursos corporales para que los gestos y expresiones sumen recursos a la lengua”, explican Noelia Sánchez, Yomike González y Mariano Bruno Vidal, docentes del curso de Lengua Argentina de Señas que inicia en agosto el laboratorio de Idiomas de la Universidad Nacional Guillermo Brown (UNaB).
Hoy entendemos que las barreras para la integración de las personas con discapacidades tienen más que ver con el entorno social que con una condición física o de salud.
“Se trata de compartir y favorecer otra manera de comunicar, y de ser parte del intercambio entre todas las personas”, señala a su vez Graciela Sedó, docente del curso de Código Braille, que es la última incorporación del Laboratorio de idiomas de la UNaB, en una oferta que incluye además Inglés, Francés y Portugués en diferentes niveles.
En la medida en que estas herramientas del lenguaje estén disponibles y sean conocidas en todos los ámbitos (familiares, docentes, amigos, espacios de trabajo y de atención), la integración de las personas con discapacidad auditiva o visual deja de ser una utopía y se transforma en una realidad muy concreta.
El Código Braille es un sistema de lectoescritura en relieve que permite a las personas ciegas o con baja visión acceder a la comunicación escrita mediante el sentido del tacto: “Se utiliza para la educación, el esparcimiento, la información, la cultura y diversas actividades cotidianas, como leer los envases de medicamentos y alimentos o carteles en espacios públicos”, detalló la profesora Sedó.
El curso de Lengua de Señas incluye el conocimiento y el entrenamiento en la gramática y el alfabeto y también los usos de la comunicación no verbal en temáticas y ámbitos específicos (familia, adjetivos, lugares del mundo, acciones cotidianas, períodos de tiempo, alimentos y colores), así como también las diferencias que existen con otros sistemas de señas.
Ambos cursos, que se inician en agosto, se desarrollan en modalidad virtual y son accesibles y abiertos a toda la comunidad. El Laboratorio de Idiomas de la UNaB abrió la inscripción a través del link www.unab.edu.ar/idiomas, y ofrece descuentos en el para sus estudiantes, docentes de todos los niveles, trabajadores municipales e integrantes de la Unión Industrial de Almirante Brown.