
¿Por qué aumenta la fatiga visual en cuarentena? ¿Qué podemos hacer?
OpinionLa Licenciatura en Óptica y Contactología de la Universidad Nacional del Sur realizó un estudio del impacto en la vista que genera mayor exposición a pantallas en cuarentena. La opinión de una de sus docentes coordinadoras.

Desde la Licenciatura en Óptica y Contactología de la UNS realizamos un estudio sobre el uso de medios de protección en pantallas digitales durante la cuarentena, que se enmarca en el programa de prevención y promoción #Averqueves. Ello nos reveló que el 52% de los alumnos está frente a pantallas más de nueve horas al día y ocho de cada diez presentan síntomas de fatiga visual. A partir de allí es que recomendamos realizar descansos y adecuar los espacios. Pero hay varios ítems para detenernos.
Antes del cursado virtual dispuesto en la UNS a partir del primer cuatrimestre el 7,5% de los estudiantes utilizaba dispositivos como computadora o celular más de nueve horas al día, mientras que durante la cuarentena ese porcentaje subió al 52%.
Pero además, el incremento del uso de dispositivos durante el confinamiento se evidencia en la siguiente comparación: actualmente, el 88% está frente a la compu o móviles entre 6 y más de 9 horas. Esa cifra antes era del 38%.
Antes de la cuarentena, el 50% de los alumnos estaba frente a la pantalla de tres a seis horas, mientras que ahora casi esa misma proporción -el 52%- está más de nueve. Eso implica la duplicación del tiempo de exposición.
Del cuestionario que respondieron, el 83% reportó sensación de ojos secos, picazón y visión borrosa, entre otros. Aproximadamente la mitad de los encuestados presentan dolores de cabeza de manera más frecuente durante la noche y un 35.3% experimenta desenfoque frecuentemente después de trabajar frente a las pantallas.
Es importante seguir las normas de higiene visual como la regla 20-20-20, cada 20 minutos, descansa 20 segundos y mira a 20 pies (6 metros)
Un dato importante es que 4 de cada 10 personas no tiene conocimiento de la existencia de métodos para reducir o evitar el cansancio visual y casi un 17% no aplica los métodos más allá que los conoce.
A partir de estos resultamos, enfatizamos que la sobreexposición a los dispositivos digitales para realizar las diversas actividades de trabajo y estudio en nuestros hogares donde no presentamos las condiciones adecuadas en cuanto a iluminación, ventilación, protección visual, y mobiliario, ha llevado a realizar un mayor esfuerzo visual debido a que nuestro sistema visual no está preparado para pasar largas jornadas trabajando en visión próxima, generando dolores de cabeza, ojo seco por la falta de parpadeo y la calefacción, picazón de ojos, ojos rojos, emborronamiento. Lo cual nos puede indicar que los encuestados en algún momento han padecido de fatiga visual o síndrome visual informático. Esta situación también ha provocado un aumento del sedentarismo y una disminución a la exposición solar.
Por eso remarcamos que es importante seguir las normas de higiene visual como la regla 20-20-20, cada 20 minutos, descansa 20 segundos y mira a 20 pies (6 metros); realizar pausas visuales activas (serie de ejercicios oculares) y descansos. Aumentar la frecuencia de parpadeo al utilizar pantallas de visualización digital, para mantener la superficie frontal del ojo húmedo, reduciendo al mínimo las posibilidades de desarrollar ojo seco.
También trabajar en condiciones de luminosidad adecuadas, la iluminación del entorno donde se está expuesto no debe ser excesiva o escasa, en caso de estar utilizando pantallas se deben colocar en posición perpendicular a las ventanas para no generar sombras o reflejos, además la luz no debe incidir directamente en los ojos del usuario.
Otra recomendación es adoptar posturas de trabajo en la silla “90°90°90°”, manteniendo la distancia a la pantalla de no menos de 45 cm. El mobiliario donde se trabaja o estudia no debe presentar colores intensos o muy oscuros (como el rojo y el negro), que dificultan la concentración provocando fatiga visual y estrés. Es conveniente utilizar filtros para la luz azul o IR y tratamientos antirreflejo en los anteojos aéreos, y acudir a revisiones visuales periódicas.
Y, sobre todo, concurrir al oftalmólogo si presenta algunas de las manifestaciones oculares mencionadas.
(*) La autora es docente de Contactología y práctica social y coordinadora del programa de prevención y promoción visual #AVerqueves, de la Licenciatura en Óptica y Contactología de la Universidad Nacional del Sur. Fue coordinadora de la investigación en la que participaron también Eugenia Scarafoni, Verónica Anahí Verdinelli y Estefanía Epullan