“Sin la universidad pública hubiera sido imposible el sueño de médica”
EntrevistasLa historia de Loreley Laborato. Se recibió de médica con el mejor promedio (9.28) en la primera promoción de profesionales que egresó este año de la Escuela de Medicina en la Universidad Nacional de Mar del Plata, después de superar limitaciones económicas y situaciones adversas.
¿Qué se siente ser el mejor promedio de la primera camada de Medicina de Mar del Plata?
La verdad es que yo estoy muy feliz, pero sorprendida, porque todo parte por unas palabras de agradecimiento que subí en Instagram para mis padres y para la universidad. Yo vengo de una familia de laburantes, mi papá es albañil y siempre lo fue, hubo tiempos en los que la hemos pasado muy mal y otros en los que ha remontado la situación familiar y hemos estado bien. Pero si eso fue así fue es porque siempre luchó y siempre supo llevar la familia adelante junto a mi mamá. Mi papá trabaja más de 12 horas por día, él se levanta a las cinco, seis de la mañana y vuelve a mi casa siempre tarde, ha llegado a volver después de las nueve, diez de la noche y siempre fue por el bien de nuestra familia, para que para que mis hermanos y yo podamos estudiar y hoy pueda decir que soy médica. Más allá del mejor promedio, que es cierto, es un logro que me llena de satisfacción, sino de por sí ya digamos poder decir “soy médica”.
Impresionante la repercusión que generó en las redes…
Es la repercusión que tuvo en estos últimos días mi relato porque no me dejan de llegar mensajes de jóvenes y de familias, de personas y de todas las edades que se sienten identificadas, motivadas, que sienten que de alguna manera les llegó un mensaje de que no tienen que bajar los brazos. Docentes y profesores que me dicen que le van a mostrar a sus alumnos lo que yo cuento, personas que me cuentan sus sueños y todo lo que están luchando por conseguirlos porque yo siento que no conté más que la realidad de millones de jóvenes de nuestro país que estudian, que luchan, de familias que luchan y sin duda alguna hay familias que viven situaciones más vulnerables que la mía y siguen luchando y la verdad el hecho de que tanta gente se haya sentido identificada para mí es un regalo y me llena de satisfacción.
¿Qué significa tener una universidad cerca de tu casa?
Es el agradecimiento a la universidad pública, sin ella no hubiera podido cumplir el sueño. Yo terminé el secundario en el 2016 y la carrera aún no estaba en la UNMDP, solo había una privada muy costosa y mi familia no hubiera podido. Llamaba todas las semanas a la universidad cuando estaba terminando la escuela para saber si se abría. Es la puerta que nos abre para ascender socialmente.
¿Sos la primera de la familia en obtener un título universitario?
En noviembre del año pasado se recibió de abogado mi hermano mayor Franco, que tiene 28 y ahora en una semana se recibe mi otro hermano Lucas, de ingeniero químico. Todos venimos del mismo contexto.
Pero hubo otro contexto donde la pasaron mal…
Sí, llegamos a vivir dentro de una camioneta. Durante los primeros años del 2000 éramos chicos, mis hermanos tienen un recuerdo más más nítido de ese momento: nos desalojaron, estuvimos en la calle, dormimos por algunas noches en una camioneta y mi familia supo salir adelante. Siempre hubo altos y bajos y el último que recuerdo fue en la pandemia, a la noche no teníamos para comer. Muchas veces pedimos fiado para poder comer, no teníamos gas no teníamos luz, no teníamos internet, se me había roto la computadora, así que yo estudiaba con mi celular: compraba paquetes de datos que me duraban tres a cinco días y los administraba porque las clases eran virtuales entonces tenía que administrarlos para poder ver todas las clases. Hacía las guías que me llevaban hasta cien páginas de farmacología porque es una de las materias más pesadas de la carrera, todas tipeadas con el celular todo para entregarlo en tiempo y en forma como debe ser como como siempre se exigió entonces fue un esfuerzo muy grande y y no solamente mío de mis hermanos también porque ellos estudiaban.
¿Tomás dimensión de ese esfuerzo?
Te digo la verdad, yo siempre estudié para aprender porque es también mi personalidad, que soy muy autoexigente y me gusta mucho el detalle, cuando estudio me gusta entender todo hasta lo último y hasta que no termino no paro. Soy así, siempre me gusta aprender y la nota fue secundario a eso. Lo que siempre además me motivó fue el amor que yo siento por la profesión que elegí.
¿Qué proyectás?
Yo si volviera a nacer un millón de veces, volvería a elegir un millón de veces: amo la medicina y sí, yo aprendí a estudiar durante estos seis años, me fui perfeccionando por así decirlo, mi forma de estudiar. En un principio no sabía administrar mi tiempo para disfrutar también porque uno tiene que disfrutar la carrera que uno elige, porque si uno no sabe administrar el tiempo, psicológicamente te afecta muchísimo y no voy a negar que he tenido mucha ansiedad, mucho estrés y por suerte con el tiempo fui aprendiendo. He sentido por momentos, no querer dejar pero decir “es demasiado”, pero sin embargo creo que es un aprendizaje que lleva tiempo pero uno lo logra al fin y ese era el que te mueve por lo que vos elegiste, la vocación también tiene mucho que ver.










