
VOUCHERS EDUCATIVOS, ESTUDIANTES COMO CLIENTES
Opinion5 de septiembre 2023El ministro de Educación se expresó en redes acerca de lo que implicaría un sistema de privatización en el sistema. Un recorrido por el impacto que tuvieron modelos similares en otros países.
“La privatización de las escuelas, la educación como un negocio y el sistema de vouchers convierten a las escuelas y a los estudiantes en clientes”, twitteó el ministro de Educación Jaime Perczyk ayer, cuando sostuvo también: “Esta propuesta no tiene nada de nuevo. Fracasó en los pocos países donde se implementó y no mejoró la calidad de la educación”.
El titular de la cartera educativa recordó algunos tramos de la década del 90: “En Argentina tuvimos la experiencia efímera de las escuelas charters, en la que cada escuela se financiaba por alumno matriculado. Duró 8 años. Muy pocos países del mundo, y algunos estados de los Estados Unidos, lo implementaron y la experiencia marcó que los resultados fueron un fracaso. El sistema de vouchers no garantiza tampoco un mejor aprendizaje”, argumentó.
El ministro detalló: “Hay estudios que demostraron, por ejemplo, que en los estados de Luisana e Indiana, en Estados Unidos, la pérdida de aprendizajes de los estudiantes fue casi el doble de lo que provocó la pandemia de COVID-19.
Suecia lo hizo en 1992, bajó su rendimiento escolar y condujo a una caída histórica en las pruebas internacionales de aprendizaje. Hoy casi todas las escuelas se financian con fondos del Estado”.
A nivel regional, dijo: “En Chile, el sistema de vouchers se implementó durante la dictadura militar de Pinochet: esta decisión provocó el cierre de escuelas, la caída en la escolaridad y generó una deuda histórica de los alumnos que terminó en masivas protestas estudiantiles”.
La idea de vouchers educativos profundizaría más las desigualdades sociales, generaría escuelas con recursos para familias de altos ingresos y escuelas sin recursos para miles de familias aumentando así la segregación social y escolar.
El titular educativo se preguntó: “¿Cuál sería el efecto del sistema de vouchers en un país como Argentina con casi 3.7 millones de kilómetros cuadrados, 50 mil escuelas, 10.6 millones de estudiantes y 1.2 millones de docentes? Reduciría la oferta educativa. Provocaría el cierre de escuelas de pueblos, rurales, de montaña, de zonas frías, de islas y de todas a las que concurren pocos alumnos lejos de centros urbanos porque no podrían sostener el costo de funcionamiento y el pago de los salarios docentes”.
Perczyk agregó que “profundizaría más las desigualdades sociales, generaría escuelas con recursos para familias de altos ingresos y escuelas sin recursos para miles de familias aumentando así la segregación social y escolar. Debilitaría el derecho de los trabajadores de la educación, cuyo salario y formación profesional dependerían del mercado”.
Bajo ese razonamiento, el rector en licencia UNAHUR cerró: “Argentina no necesita privatizar su sistema educativo ni vouchers. Argentina logró construir una escuela en cada rincón del país, tiene las tasas más altas de escolarización y terminalidad de Latinoamérica y una educación técnica de amplias certificaciones para el mercado laboral. Argentina necesita fortalecer y mejorar la educación pública. Más financiamiento sostenido y continuo, más días y más años de clase. Garantizar el presentismo, tanto de los estudiantes como de los docentes.
Garantizar más enseñanzas y aprendizajes. Con robótica, tecnología, más lengua y matemática, conectividad, computadoras, libros y material para las escuelas. Creemos en la educación con responsabilidad y compromiso social”.