
Cannabis medicinal: cuando la evidencia mata el relato
EntrevistasLa Dra. Silvia Kochen, neurocientífica e investigadora del CONICET, anticipa en C5N los temas clave del Congreso Internacional de Cáñamo y Cannabis Medicinal. Ciencia, salud y producción se reúnen para debatir con base en la evidencia el uso terapéutico del cannabis.
Contanos primero cuándo se va a realizar el congreso y en dónde, particularmente.
Bueno, es todo un gran desafío, mucho más en este momento, porque lo vamos a hacer en la Universidad Nacional Arturo Jauretche, que queda en Florencio Varela. Yo, personalmente, estoy ahí, en la unidad ejecutora del CONICET, que se especializa en neurociencias.
Este congreso se va a realizar los días 9 y 10 de mayo, con un gran esfuerzo. La inscripción es gratuita porque pensamos que el conocimiento —y este programa lo ilustra un poco— es un derecho, un derecho humano. Por eso hacemos que el congreso sea gratuito. Tenemos algunos sponsors de la industria, productores, provincias y municipios que están trabajando a lo largo y ancho de nuestro país, que van a estar presentes en el congreso y nos están brindando apoyo económico para poder resolver algunas cuestiones logísticas.
La verdad es que hasta hoy teníamos 130 inscriptos, cuando pensábamos que íbamos a tener entre 100 y 200, de todo el país. Es un congreso que se llama así: Congreso de la Industria del Cáñamo y del Cannabis. Porque la planta es una sola: la planta de marihuana, o de cannabis, o de cáñamo es la misma. Depende de su genética y de los componentes que tenga. Si tiene más componentes psicoactivos, como el THC, se usa fundamentalmente con fines recreativos, aunque también se utiliza para tratar el dolor, el insomnio y la ansiedad.
Después hay otros componentes, como el cannabidiol (CBD), que se usa para la epilepsia. Esa es mi especialidad, y por eso fue que me involucré en el tema del cannabis.
Pero también tiene un uso histórico. Nuestro prócer, que a mí me cae muy bien, Belgrano, fue quien trajo el cáñamo a la Argentina. Había grandes plantaciones, y en todo nuestro país se desarrollaba esta industria hasta que, a comienzos del siglo pasado, se prohibió.
Muchos pensamos que la prohibición no tuvo tanto que ver con el componente psicoactivo, sino con el hecho de que el cáñamo competía con una industria naciente: la del plástico. Y aprovecharon el momento para meterla dentro de las drogas prohibidas. Lo que ocurrió es que durante ese período de ilegalidad —que, en términos históricos, para nosotros es toda la vida, pero para la humanidad no— se perdió parte de su uso, aunque la planta de cannabis acompaña a la humanidad desde sus inicios.
Hasta el año 1930 aproximadamente, no era ilegal. Era una planta que se usaba, se investigaba y tenía aplicaciones industriales y médicas. Hay reportes muy antiguos sobre sus usos. Luego fue prohibida, pero la comunidad guardó ese saber.
Y justamente, en este congreso, que contará con la presencia de especialistas de toda Latinoamérica y del país, todo esto va a estar presente. Participará la comunidad a través de organizaciones no gubernamentales, estarán los cultivadores solidarios, mis colegas investigadores del CONICET, así como investigadores de distintas universidades que trabajan desde la investigación básica hasta la investigación clínica y aplicada.
También va a haber presencia de legisladores e intendentes que están llevando adelante proyectos muy interesantes con dispositivos clínicos y de investigación sobre el uso del cannabis.