“Los grandes capitalizadores de la crisis de la política tradicional son los despolitizadores”
EntrevistasEl filósofo Darío Sztajnszrajber charló con Luciana Rubinska y Jaime Perczyk en Radio 10 y contestó todas las dudas relacionadas a lo que nos genera la pandemia y sus efectos sociales.
¿Qué genera en lo político y social el tiempo que vivimos?
Estoy leyendo mucho a Giorgio Agamben y con la pandemia estuvo muy radicalizado en sus posturas, y decía optimismo y pesimismo son categorías psicológicas que lo único que hacen es obturar la posibilidad de un análisis político. Si te enganchas con ese tipo de binarios -ya que tenemos la pasión del futbol en común entre los tres- te diría que es como ese pensamiento de… “vamos a salir adelante, vamos a darlo vuelta el partido, no lo vamos a dar vuelta”: una cosa es dar vuelta el partido y otra cosa es poner el deseo, el entusiasmo que son características reales del ser humano.
Lamentablemente perdimos los matices y estos se pierden porque la sociedad massmediática en la que vivimos busca otro tipo de consumos.
¿Qué es la nueva normalidad, la pospandemia?
Se piensa todo este acontecimiento de la pandemia y la cuarentena como si fuese una especie de insert en nuestra vida, como que un día empezó y un día va a terminar y que después que termine todo el mundo se va a sacar el barbijo y vamos a volver a febrero de 2020. Lamento decirles que no es una película con un comienzo y un final. Había un montón de denuncias desde la ciencia de la posibilidad de una pandemia y no le dimos bola, no es que tuvo un inicio extraordinario, venía previsto y no le dimos bola, yo creo que la pospandemia es hoy, la nueva normalidad es esta, hay un nuevo orden que ya está presente y no es que va a haber una finalización como un recorrido, vamos a ir reacomodándonos, va a haber algunos cambios pero hay cosas que llegaron para no irse, esto es en términos sociopolíticos. Las derivaciones no son muy interesantes para los que tenemos un proyecto de justicia social, de un encuentro con el otro, los que creemos que la patria es el otro no es bueno el augurio, porque prácticamente aunque el confinamiento se tome como una medida preventiva que es fundamental para que no se contagie el COVID lo que se fue generando fue una nueva subjetividad que empezó a hacer del otro un enemigo constante, una amenaza y un peligro permanente.
¿Cómo afecta a esos lazos?
Agamben en su libro “La epidemia como una política” dice…fíjense que por algo no se le puso de nombre al distanciamiento, distanciamiento físico sino social, porque nos hacen creer que lo que se disuelve es el lazo social. Pero el poder de siempre aprovecha cada instancia para subirse. La epidemia, todo lo que dice demia, es demos de democracia: te quiero decir con esto que tienen que ver con una enfermedad, pero también tienen una fuerte presencia política porque ese demos que está en epidemia habla de un contagio en términos políticos en que se ve una sociedad involucrada en esto. Obvio que se trata de dispositivos de control que están más presentes que nunca y me parece importante el lugar de la democracia. La cuarentena se banca si simultáneamente seguimos defendiendo y exacerbando la democracia: mas cuarentena, más democracia y ahí está mi intríngulis, porque el único modo de compensarla o controlarla es sin que haya ningún abismo de transgresión de lo que son derechos democráticos del pueblo.
La pospandemia es hoy, la nueva normalidad es esta, hay un nuevo orden que ya está presente y no es que va a haber una finalización como un recorrido
La ciencia nos venía avisando, los jóvenes nos venían avisando más. ¿Tenemos una sociedad que le da poca voz y escucha poco a los jóvenes?
Sí, mucho. Los que venimos de la política tradicional tenemos que entender con todo el dolor del mundo que hay algo de esa política del siglo XX que ya está en crisis. Ha perdido representatividad y los grandes capitalizadores de la crisis de la política tradicional son los despolitizadores. Los que creemos en la política -en vez de defender la política tradicional frente al ataque de la antipolítica- ahí es donde nos tenemos que mover nosotros y abrirnos a lo que trae esta juventud que nos muestra la idea de la repolitización general de la existencia. Cuando la antipolítica dice despoliticemos, nosotros lo que tenemos que decir es repoliticemos todo, defendamos que una Universidad es un acontecimiento político, que una mesa los domingos es un acto político, que el amor es una práctica política, la repolitización es la gran defensa o resistencia que podemos hacer frente a la antipolítica. Nos cuesta horrores, pero hay que darle espacio y escuchar a una juventud que la ve. Por algo el ambientalismo, el feminismo, ya no quedan aislados, hoy la gran resistencia a la locura de los incendios que azoran a nuestro país lo está haciendo el ambientalismo.
Más allá de todo esto, también está el amor y desamor…
Si el amor es un proyecto político, entonces básicamente es un encuentro con el otro. El gran tema del amor es el otro y el problema es que nuestra cultura mercantilizada sedujo al amor y lo llevó al plano del desarrollo individual, como que el amor uno lo piensa y lo vive como si fuese una faceta personal que se pone en juego en relación a otro, que en realidad es lo mismo quien sea el otro. Porque lo que importa es que encaje y cuaje en lo que vos necesitas para vos, entonces la pregunta de base es si el amor tiene que ver con uno, o tiene que ver con el otro. Voy a hablar de un amor por los hijos, pensar que es un amor que tiene que ver con uno, ya pensar al hijo como propiedad, estas proyectando en nombre del amor todo el tiempo, lo que vos necesitas para vos que tu hijo sea, y realice no él sino tu propia necesidad es donde más se ve y donde más nos duele. Porque nos cuesta mucho decir que un hijo no es propio, le diste vida, hay una relación vincular indiscutible pero no es una propiedad. Por eso me encanta esa frase que dice que el amor no es solo un acto de expansión y despliegue sobre el otro sino al revés, me retiro y permito que el otro sea, brote, florezca, esa para mi es la definición política del amor.