
EL ARGENTINO “NOBEL” A LA CONSERVACIÓN ANIMAL
Entrevistas1 de junio 2023Charlamos con este argentino científico del Conicet, por su trabajo de salvar pingüinos en la Patagonia. Entre otras cosas logró que se crearan 13 millones de hectáreas de áreas naturales protegidas para estas aves. Es el primer investigador que obtiene el premio que no sea de Estados Unidos ni Europa.
¿Qué dimensión tiene este premio?
Se llama Indianápolis Prize y es el premio como máximo del rubro de conservación, por eso se lo conoce como el premio Nobel de la conservación animal. Lo entrega una Organización de Estados Unidos y es bastante competitivo, hace 20 años cada dos años siempre lo ganó alguien de Estados Unidos e Inglaterra o Canadá y es la primera vez que sale de ahí, o sea nunca ganó nadie de Asia ni de África ni de Sudamérica, así que más que honrado no te imaginarás.
¿Cómo fue ese momento?
De 60 originarios que éramos los nominados pasamos a seis finalistas que yo ya estaba más que feliz que estar entre colegas que respeto muchísimo y admiro. Nos convocaron a Londres la semana pasada para anunciar quién era el ganador y yo no podía creerlo, no pensé que estaba pasando, imagínate, así que esto es muy bueno para el trabajo nuestro.
¿Y cómo fue ese camino para llegar hasta acá?
Yo me dedico hace 34 años a investigar y a conservar los pingüinos, si bien soy investigador de Conicet, también fundé y dirijo una organización que se llama Global Penguin Society, que es una organización internacional que tiene acción en 20 países y que a través de la ciencia, la protección de hábitat y la educación, promueve la protección de las 18 especies de primero del mundo de las cuales nueve, o sea la mitad están consideradas amenazadas por UICN en su lista roja.
¿Dónde nació este amor?
Mi abuelo era griego (el del apellido difícil) y vino a la Patagonia hace 100 años y mi abuela me contaba cuando yo era chiquito sus viajes sus visitas a los pingüinos, en una época donde todavía estaban matando lobos y elefantes que era lo normal para hacer grasa. Pero ella disfrutaba de este contacto con la naturaleza y cuando yo era chico me contaba estas historias y me conectó con eso. Después en los ´80 morían 40.000 pingüinos en Chubut por año a causa de los derrames de petróleo y bueno, estuve muy involucrado en tema de rehabilitación. Pero en un momento en el ´91 hubo un derrame muy grande que en dos meses murieron 17.000 por un derrame de petróleo frente a península Valdez y después de todo el esfuerzo dije bueno “tengo que realmente tener más herramientas para ayudarlos”, entonces ahí empecé mi carrera más académico universitaria.
¿Académicamente dónde marcaste?
Hice la licenciatura en Biología, el doctorado en Biología pero siempre apuntando a la conservación, no a la ciencia pura por publicar el papper científico y nada más sino en hacer que esta ciencia llegue a las comunidades, llegue a los gobiernos, que informe, que guíe las acciones de conservación y una cosa llegó a la otra y bueno y hemos logrado muchas cosas que creo que es lo que consideraron en el premio.