
“La Justicia está en deuda con la sociedad”
Entrevistas22 de febrero 2021El rector de la UNLZ dialogó en Radio 10 sobre su flamante presidencia en el Consejo de la Magistratura y cómo encarar las reformas necesarias. El rol de la Universidad en este desafío.

Antes que nada, felicitaciones por esta tremenda responsabilidad que es orgullo para la Universidad Pública argentina…
Desde el conocimiento es nuestro programa, es importante la tarea que hacen ustedes de poder demostrar y poner luz sobre todo lo que hacen las universidades en nuestro país. Estoy muy contento y agradecido porque esto que comenzamos junto con vos Jaime pensando en el aporte que podíamos hacer desde el sistema universitario al Consejo de la Magistratura. Hoy se ve plasmado, porque empezamos, colaboramos, aportamos y haber accedido a la presidencia es una responsabilidad, voy a necesitar contar con el apoyo de todas las universidades del país y demostrar a todos y al sistema judicial que el sistema universitario argentino tiene mucho para aportar.
¿Qué es el Consejo de la Magistratura?
Es el órgano político de la Justicia, donde hay distintos testamentos, representado por jueces, abogados, un representante académico, diputados, senadores. Somos 13 miembros en total y tenemos la administración judicial de todo el país, además de la selección de jueces (en realidad realizamos una terna que vinculamos al Poder Ejecutivo) y también el control disciplinario de los jueces federales y nacionales de todo el país.
Nosotros no estamos contentos con la justicia del país ¿Cuáles son las reformas, los cambios que tienen que hacer la justicia argentina?
Yo tampoco estoy contento y soy consciente que la sociedad está enojada y con razón con el Poder Judicial. No todos los jueces son malos, pero se nota que está alejada y por eso hay distintas reformas que están tratando: la implementación del Código Procesal Penal por un lado, la ampliación y reestructuración del Fuero Penal (que es la llamada reforma judicial) que tiene media sanción en el Senado y ahora está en la Cámara de Diputados…
Pero todavía falta la gran reforma judicial, que es la que atiende los problemas cotidianos de la gente: que un juicio laboral tarde tanto, que cuando hay que presentar un pedido de adopción no sea tan engorroso, que las sucesiones no tarden tantos años, que la justicia tenga empatía con la sociedad. La sociedad atraviesa demoras, la siente lejana y esto es algo que lo demuestra con enojo, tenemos que resolver juicios comerciales, de alimentos. Cualquier persona hoy conoce un tema de demora en la justicia, que no lo terminan cobrando los beneficiarios porque fallecen, eso es cruel.
¿Cómo se hace para acelerar?
En primer lugar, en la selección de jueces y juezas nosotros tenemos que hacer hincapié en que tengan perspectiva de género, que sean ágiles, que tengan empatía, elegir el perfil de juez que tenemos. Sobre eso, trabajar y después el cambio de leyes que vamos a propiciar: estamos trabajando en una nueva reforma al Consejo de la Magistratura y otro gran problema que tiene el país es la violencia de género. Vamos a crear en el Consejo un Observatorio para ir analizando todas las causas y ver cómo van tramitando, esto que vamos a hacer a nivel provincial y nacional, vamos a intentar firmar convenio con todas las provincias para que podamos llevar este observatorio de las denuncias a todo el país.
Planteamos mucho que hay que trabajar desde la enseñanza del Derecho en las facultades de Abogacía, porque cuando formamos a los abogados estamos formando a los futuros jueces y ahí también hay que incorporar cuestiones judiciales en las carreras.
¿De qué hablas cuando decís empatía?
De que hay que ponerse en lugar del otro, un magistrado no está arriba de un pedestal ni es un ser mayor. Todos somos personas (igual que un juez), así que tiene que poder ponerse en lugar del otro y ahí es donde tiene que entender si un juicio laboral tarda en fallar, están perjudicando a un trabajador. Hay cuestiones que la justicia tiene que ayudar, colaborar y tender puentes con la comunidad.
¿Qué debiera aportar la universidad en producción de conocimiento y formación de profesionales? Los que son jueces hoy día se forman en la universidad…
Planteamos mucho que hay que trabajar desde la enseñanza del Derecho en las facultades de Abogacía, porque cuando formamos a los abogados estamos formando a los futuros jueces y ahí también hay que incorporar cuestiones judiciales en las carreras. Hay que abordar la enseñanza del Derecho desde otro lugar y las universidades en general deben colaborar en la capacitación. Estuve hablando en la Corte y vamos a firmar un convenio de colaboración entre la Corte y el Consejo donde le vamos a pedir ayuda a la Secretaría de Políticas Universitarias para trabajar en capacitación de gestión judicial, porque los jueces también -además de saber de Derecho- tienen que saber gestionar y administrar Justicia.
¿Qué observás en los jueces, les falta preparación?
Por un lado, el tema de la cuestión de género, seguimos teniendo jueces machistas, esto es algo que trabajamos mucho en el Consejo y debemos avanzar más rápido. Los magistrados estudian mucho para llegar a un cargo y después no lo hacen de la misma manera, conozco muchos magistrados, jueces y juezas que siguen estudiando, en esto también tiene que ver mucho la Universidad, porque el juez que es docente vive permanentemente estudiando para formar a sus alumnos y sobre ese círculo virtuoso hay que trabajar. Hay algunos que lamentablemente son cerrados y hay que demostrarles que hay una sociedad que demuestra otra cosa. La justicia está en deuda con la sociedad y esto hay que trabajarlo, no podemos estar ajenos, seguramente no todo funciona mal pero hay una demanda social muy importante.
Otro tema es el lenguaje que no es claro: cuando se lee una sentencia judicial, no se entiende lo que están diciendo, el acusado no sabe de lo que se le acusa, es lejana, poco accesible. Me gustaría y sé que está difícil en grandes ciudades, que todos nos conozcamos, quiénes son nuestros jueces, quién falla sobre un juicio de alimentos, quién presenta una quiebra y cuando nos crucemos en el supermercado todos sepamos quiénes somos y no que sea anónimo.
Los grandes problemas no son los que salen en los medios, son solo algunos casos judiciales que generaran una opinión social y a esto hay que agregar que tardan muchísimo. Hay que tratar de que haya más oralidad en todo lo que se pueda, una justicia más simple.
¿Cuáles son las mayores trabas?
Muchas, porque los procesos de cambio son largos, hay que hacer un cambio cultural de nuestra sociedad, hay que hacer didáctica del Derecho y la Justicia e informar en los medios, la sociedad tiene que comprender. Me motiva el presidente de la Nación en su discurso inaugural que plantea que hay que desterrar de los sótanos de la democracia algunas cuestiones en términos judiciales y tenemos un Presidente de la Nación que es docente universitario, el optimismo nos sobra porque hay una directiva desde otro poder del Estado con esto y tenemos un Congreso que trabaja en una ley (que ya sancionó) de reforma de la estructura del Fuero Penal Federal y también del Ministerio Público. Notamos que desde distintos poderes del Estado se está trabajando. No tengo dudas que lo más conservador y reticente a los cambios es el Poder Judicial, pero no es contra ellos, es con ellos y es lo que tiene que entender.
De 1983 hasta hoy, ¿hubo algún otro caso de abuso de tanta persecución provincial intencionada y orientada?
No como fue en el gobierno de Macri, nosotros notamos casos de jueces presionados por no fallar de tal manera como el caso de Eduardo Farah, que después pudimos restituirlo a su cargo. Renunció, fue presionado desde los medios para que deje su lugar en la Cámara, se ha utilizado la Justicia para demitir cuestiones políticas, y esto tenemos que tratar de que no suceda más. Los jueces tienen que trabajar con independencia, tenemos que elegir a los mejores y ellos tienen que trabajar de manera libre y acatar lo que resuelva y para eso tenemos que construir garantía de independencia y objetividad.
¿Ves en los estudiantes de Derecho este espíritu y vocación para transformarla?
Veo un compromiso de transformar la Patria, en los estudiantes y en general, hay que ayudar a las generaciones que vienen, para que estudien, se formen. Hay que utilizar la Universidad para ayudar a construir comunidad y esto es clave, lo estamos haciendo, las generaciones futuras que van a salir de las universidades van a ser mejores que nosotros.