
Una proteína clave para el reloj biológico
EntrevistasLa ex becaria del Conicet e investigadora de la Fundación Leloir, Sofía Polkowñuk, habló en Radio 10 sobre este estudio clave para el funcionamiento del organismo.
¿Cuál es la importancia del reloj biológico, conocerlo investigarlo?
Cuando uno habla de reloj biológico, dentro de ese nombre entran un montón de situaciones como por ejemplo el período menstrual. Nuestro trabajo es con el reloj circadiano, que es como un subgrupo dentro de estos grandes relojes biológicos.
El reloj o ritmo circadiano son situaciones periódicas que se producen en nuestro organismo durante el día y lo que están controlando son la presión sanguínea, los niveles de distintas hormonas como por ejemplo el Cortizol, que se conoce como la hormona del estrés y es más alto durante el día y más bajo durante la noche; y en oposición la Melatonina, que es la hormona que nos permite ir a dormir en algún momento. Todo eso está controlado por un reloj interno ubicado en una región de nuestro cerebro que se llama núcleo supraquiasmático: este núcleo percibe señales del exterior, señales lumínicas que sincronizan este reloj y permite decirle al organismo el momento del día que es.
Con la mosca de la fruta y este reloj circadiano se tiene mucha información de cómo funciona el reloj molecular en el cerebro de esta mosca y como puede controlar distintos aspectos de su fisiología y su comportamiento.
¿Qué estuvieron investigando con la mosca Drosophila?
Con la mosca de la fruta y este reloj circadiano se tiene mucha información de cómo funciona el reloj molecular en el cerebro de esta mosca y como puede controlar distintos aspectos de su fisiología y su comportamiento.
Nuestro trabajo se suma a esta gran cuerpo de conocimiento, formación y lo que quiere es construir, entender más sobre este reloj para finalmente entenderlo en los humanos. Lo que nosotros encontramos es que una proteína que estaba más estudiado en el desarrollo de la mosca, tiene una importancia relevante en el cerebro y en particular es importante para conectar las distintas neuronas que forman parte de esta red circadiana que finalmente controla el comportamiento y aspecto de la fisiología de la mosca y podría ser importante para controlar nuestro reloj circadiano.
¿La pandemia fue una de las causantes de tener alteraciones en nuestro reloj biológico?
Durante la pandemia y el aislamiento se recopiló información y hace poco salió una aplicación del Instituto Leloir para seguir juntando informes de los patrones de sueño y actividad, una de las cosas notorias fue la interacción social y hábitos que afectaron mucho a estos relojes biológicos como por ejemplo el uso de celulares hasta altas horas de la noche. La luz es un estímulo para este reloj y se vio modificado. Mi reloj interno es el nombre de la App que se estaba desarrollando y ya está disponible, es una herramienta interesante para uno mismo y para recaudar información.
¿El Jet Lag también afecta?
Este es un problema temporal del sueño que puede afectar a cualquier persona que viaje y pase rápidamente por distintos husos horarios. Cuando uno viaja de este a oeste es más drástico y claramente nuestro organismo está adaptado al huso horario en el que vive, la microbiotas que son bacterias que viven en nuestro estómago e intestino también tienen sus propios relojes biológicos y están sincronizados con nuestro reloj, lo que pasa muchas veces cuando nosotros cambiamos de uso horario es que esas bacterias siguen teniendo el reloj circadiano que tenían en el uso horario anterior pero nosotros ya nos estamos moviendo con otras claves lumínicas y ese desajuste hace que por ejemplo no tengamos hambre en ciertos momentos.