“Con 20 fábricas de alimentos como la de UNLP ayudaría a combatir el hambre”
Entrevistas28 de noviembre 2022Avanza un plan de la Universidad Nacional de La Plata para replicar su fábrica de alimentos en otras universidades del país. El vicepresidente Fernando Tauber explica cómo es el intercambio con otras casas de estudio para avanzar en lo que ya ha generado La Plata: el Centro de la Madera, otro programa nodal para vivienda sustentable.
¿Cómo surge y funciona el Polo Productivo Social?
Es parte del modelo de gestión de la Universidad de La Plata, está compuesto por 5 fábricas:
- Alimentos.
- Vivienda.
- Medicamentos.
- Vacunas (que está en construcción).
- Celdas y baterías de litio, la primera fábrica Argentina, pública y privada que aporta a agregarle valor a un recurso natural en el cual Argentina cifra muchas expectativas para diseñar sus políticas soberanas.
La fábrica de alimentos deshidratados de La Plata tuvo su inicio en convocatoria del gobierno al plan “Lucha contra el hambre”, en ese momento la universidad decidió participar, aportar a esa política pública desde el conocimiento. El sistema científico tecnológico de la propia universidad aportó con una gran fábrica de alimentos deshidratados al plan de “Lucha contra el hambre”, hoy la fábrica está en funcionamiento, produce unas 150.000 raciones por día y hemos transitado una experiencia difícil porque lo que sabemos es una parte de lo que hay que hacer. Son muchas gestiones en el medio: aprobación, diseño de máquinas, la fábrica fue hecha desde los cimientos, las 28 maquinarias y artefactos fueron diseñados en la Universidad de La Plata. La industria es nacional, todo se hizo por licitación, las empresas argentinas adecuaron su nivel de producción al aporte de este sistema de artefactos que hubo que ensamblar, tuvimos que aprender a diseñar los manuales para la aprobación de estas maquinarias, para que después las concesionarias de los servicios públicos aprobaran las conexiones, que éstas fueran habilitadas por el Estado.
¿Qué contexto lo posibilita?
Hay toda una historia detrás de escena, necesitamos que estas fábricas se multipliquen, pusimos el modelo en forma gratuita para que se replique. Con 20 fábricas como la que tenemos en la Universidad de La Plata ayudarían a las personas con hambre que hay en nuestro país según los registros. La gente con hambre son nuestros vecinos, hay temas críticos en nuestra sociedad, desde el conocimiento, una vivienda construida por la UNLP cuesta $500.000, esto le permite al Estado cubrir emergencias.
¿Cómo funciona este sistema articulado con las distintas cooperativas que se encuentran interesadas en formar parte de estos proyectos?
Es difícil describirlo en una dimensión aprehensible. Tenemos más de 4.000 productores trabajando en la planta de alimentos, estos tiran muchísima de la producción que deja de ser demandada y en muchos casos se desprenden de los mismos en una zanja, contaminando. Pero hoy este productor lo trae a la fábrica de deshidratados a este producto a descartar por no poder venderlo y se transforma en polvo deshidratado que se lo lleva envuelto o en granos para poder vender de otra manera. El conocimiento y la universidad puede acceder al control sanitario, al uso racional de fertilizantes, el productor hortícola. Ese minicultor -quien se desloma para poner a disposición del sistema su propia producción- muchas veces comete errores, desbalances que termina produciendo daños a la salud de la población. Este conocimiento de salud, universidad, producción que adquiere esa forma de la micro-producción del trabajador y sus plantines, con las universidades va fortaleciendo un círculo virtuoso que mejora la calidad de la producción, avanza a lo orgánico y a lo sustentable, cambia el sistema de agroquímicos por mas naturales.
Estamos haciendo un aporte muy importante con esto de multiplicar desde esta mecánica u otra. A nosotros nos llevó muchos años entender que el deshidratado es una forma óptima de producir alimentos, más de 50 platos diferentes mucho más económicos.
¿Es la universidad la que sale a poner el pecho donde los argentinos estamos necesitados de respuestas?
Totalmente, la universidad púbica es el Estado, y este presente ha decidido dar su aporte, el conocimiento sumado a la producción. Es compleja para nosotros y estamos demostrando que es posible y más, pueden hacerlo. Las universidades tienen un rol, no hay que esperar la política hay que construirla.
¿Cómo fue el intercambio que hiciste con el rector de la Universidad de Avellaneda, Jorge Calzoni?
La Universidad de Avellaneda se acerca a ver nuestra experiencia, vino con cooperativistas de Avellaneda que miraron con mucho entusiasmo, los vimos llorar con un nudo en la garganta, porque ven que hay repuesta del Estado para la gente que tiene hambre. Esto emociona mucho, es una condición de conciencia y de la cual somos responsables, tenemos que hacerlo, el conocimiento tiene la obligación de ser generoso en un país que está sufriendo.
Las Universidades están comprometidas, tener el privilegio de saber y no volcarlo en la sociedad es muy grave.