“En el suelo está gran parte de la solución al cambio climático”
Entrevistas8 de febrero 2023Un desarrollo científico de la Universidad Nacional de Quilmes servirá para analizar los suelos de todo el planeta, otro gran logro de las universidades nacionales para el mundo. El equipo científico de Luis Wall desarrolló un índice capaz de determinar biofertilidad, que será empleado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en suelos en todo el mundo. Lo detalló en Radio 10.
¿Cómo funciona la división de la FAO en relación al estudio de los suelos y como se vincularon con la Universidad de Quilmes?
La FAO es la división de Naciones Unidas que se ocupa de los temas de alimentación y agricultura a nivel mundial. Hace 12 años creó una división que se llama “La alianza global por el suelo” porque la FAO -como muchos otros organismos- entiende que el suelo es el lugar donde se originan los alimentos y el uso del suelo por parte de la humanidad a lo largo de la historia ha llevado a la degradación de los mismos. La FAO ahora tiene el objetivo de estudiar los suelos y encontrar herramientas de diagnóstico para los mismos para poder encontrar la manera de manejarlos produciendo alimentos preservándolos.
¿Cómo es tu relación con el tema?
Estoy en la universidad hace muchos años y siempre estudié las interacciones entre las bacterias y las plantas, esto ocurre en el suelo. Con el tiempo me entero lo que significaba la siembra directa en la agricultura, el impacto que había tenido en la Argentina con la expansión del uso de la soja transgénica y los problemas que trajo aparejado en término de degradación en los suelos. Eso me conectó con productores agrícolas en 2006 donde hubo una convocatoria del Ministerio de Argentina que buscaba establecer áreas prioritarias de desarrollo de conocimiento en el país: presentamos un proyecto coordinando 11 instituciones y 3 organismos del sector privado relacionados al agro para estudiar los suelos y su biología porque en general se los maneja desde un punto químico. Por eso estamos acostumbrados a hablar de fertilización, pero los suelos son otra cosa y esa otra cosa se empieza a comprender en los últimos años.
¿Qué dimensiones no sabemos, por ejemplo?
En una cucharita de té de suelo viven 10 mil millones de bacterias, habitan unos 200 metros de hongos, hay 1.000 millones de virus y todo eso hace que el suelo funcione en relación a las plantas, la atmósfera, el suelo y los mares. Es donde se regulan los gases de la atmósfera, el suelo tiene que ver con el calentamiento global. Lo más interesante es que en el suelo está la solución, si empezamos a manejar de una manera más consiente el mismo podríamos seguramente mejorar el cambio climático, sobre todo mejorar nuestros alimentos.
¿Qué estudios tienen en Argentina?
Nosotros estudiando los suelos del país, estudiamos los lípidos, analizamos los porcentajes de ácidos grasos del suelo y me propuse como hipótesis de trabajo estudiar esos ácidos. Hay mucha diversidad de lípidos y hay metodologías que permiten tener una colección de los distintos ácidos que nos da como una huella digital y con eso se distinguen suelos de distinta calidad.
Haciendo un poco de análisis de los datos encontramos la manera de pasar esa huella digital en un índice lipídico del suelo, en un valor que si aumenta el suelo es más saludable y menor si baja. Ese número dice si el suelo tiene muchas lombrices, acción microbiana, carbono, esa información llegó a oídos de la FAO, tuvimos una entrevista personal y les conté lo que descubrí que no fue publicado para encontrar una manera de que el conocimiento no se lo lleven otros.