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Tecnología para reemplazar el uso de animales en laboratorio
EntrevistasInvestigadoras del Conicet implementaron por primera vez en Argentina tecnología aprobada en el exterior para reemplazar el testeo en animales de productos cosméticos, fármacos y de limpieza. Asimismo, investigan nuevas metodologías para lograr estas prácticas cada vez más requeridas por aspectos éticos, económicos y por la exactitud de los resultados. Lo contó en Radio 10 María Laura Gutiérrez, directora del Laboratorio de Métodos Alternativos al uso de animales para que nos cuente sobre esta importante iniciativa.
¿Cuáles son los rubros más problemáticos donde aún existe el uso de animales en laboratorios?
Existe en todos los rubros de nuestro país que exigen la presentación de evidencia ante ANMAT o SENASA como cosméticos, productos de limpieza, fármacos, fitosanitarios, agroquímicos. Se hace una evaluación toxicológica para saber cómo puede impactar en la salud del ser humano: los más cuestionados son los productos cosméticos porque no tienen una justificación al uso de animales que es lo que sucede en fármacos.
¿En qué difiere?
Justamente el producto cosmético tiene un fin estético y no para la salud. Los más cuestionados para poner un ranking son:
- Productos cosméticos.
- Productos de limpieza del hogar.
- Agroquímicos.
- Fármacos o dispositivos médicos.
¿Esto tiene que ver por cómo se ha dado a lo largo de la historia?
Sí, en un principio los productos no eran testeados en animales, luego de diferentes eventos a lo largo de la historia se hizo necesaria la evaluación de seguridad y empezaron a utilizar animales. Con el avance del tiempo, las herramientas de investigación y el avance en biología celular y molecular pudimos desarrollar otro tipo de modelos, que también arrojan resultados hasta más confiables dejando a los animales y buscando un método alternativo.
En la parte de productos cosméticos hubo un evento en 1930 donde una tanda de rímel que salieron con falla en la composición dejaron ciegas a personas que la utilizaron, desde ese momento la FDA en Estados Unidos puso la obligatoriedad del testeo del producto en conejos antes de que salga a la venta, hoy día hay herramientas que no hacen necesario el uso de conejos. En Argentina y muchísimos lugares del mundo se siguen utilizando para evaluar la seguridad ocular del producto cosmético y no es necesario ponerle producto en los ojos a estos animales para poder evaluar la seguridad del mismo.
Hay muchos cosméticos que se suman a esto y dicen en el labial o lo que fuere que está libre de testeo en animales.
¿Están trabajando en la marcación de biomoleculares tempranos para ver cuál es la reversibilidad de un ojo dañado?
Uno de los parámetros que pide tanto ANMAT como SENASA es decir que si ese producto genera una irritación leve o moderada, si puede revertirse es lo que importa. Porque sabemos que cuando usamos un shampoo y nos entra en el ojo se nos irrita, pero sabemos que al rato se va, eso se puede evaluar en un animal, pero en los modelos que nosotros usamos en células es más difícil evaluarlo, por eso es que nos propusimos ver los marcadores de reversibilidad del daño y estamos avanzando con resultados alentadores, utilizamos modelos de células madres de córnea, para ver si una vez que el producto entra en contacto con el ojo y se produce una lesión, las células madres son las encargadas de reparar ese daño o también se ven afectadas, si se ven afectadas las células madres el tema es recuperar esa lesión y ver si es más lenta o irreversible.
Entre las estrategias que utilizamos son células de origen bovino porque el ojo de la vaca es bastante parecido al humano y utilizamos estos ojos que fueron destinadas a alimentación, en vez de descartarlos hacemos los cultivos y la extracción de córneas y células para hacer las evaluaciones in-vitro en el laboratorio.
¿Cuentan con un área de servicio y capacitación de empresas?
Hay algunas metodologías que están validadas o ya fueron aprobadas por organismos en Europa o Estados Unidos, en los principales países de la OCDE que son metodologías y tienen aceptación a nivel mundial.
Las fuimos implementando de a poco en el laboratorio y son las más solicitadas por empresas que quieren evaluar la seguridad del producto y lo articulamos a través de Conicet. Somos un laboratorio, estamos en la Facultad de Medicina de la UBA, pero somos todos investigadores de Conicet que tiene un sistema que se llama Stan que son servicios tecnológicos de alto nivel por medio de los cuales se pueden brindar servicios (a través de Conicet) a empresas, lo mismo con las capacitaciones, nuestro propósito es que cada vez más laboratorios y empresas mismas hagan los ensayos porque la idea es que se expanda el uso de estas herramientas y ponerlas a disposición de todos aquellos que quieran aprender a usarlas.
¿Qué nos puedes contar de estas nuevas metodologías?
Son muy variadas, hay algunas que utilizan las corneas o tejidos de animales que tienen un destino como la industria alimenticia como huevos y cultivos de células que son provenientes de diferentes tejidos, pero son comerciales. Las compramos, de piel, de córnea, del sistema inmune, de sangre, diferentes tipos que podemos hacer crecer en nuestros cultivos, exponerlo a la sustancia y evaluar la puesta que hay en esas células.
Muchas empresas lo toman bien, tienen interés, es una cuestión de trasmitir que son tecnologías aprobadas a nivel mundial, por eso la capacitación.