La Noche de los Bastones Largos
Opinion2 de agosto 2021El secretario de Políticas Universitarias analizó el impacto político-educacional y científico de uno de los días bisagra en la historia argentina. Qué relación tiene con la fuga de cerebros.
Se cumplieron 55 años de una noche trágica para las universidades argentinas, “La Noche de los Bastones Largos”.
El 28 de junio de 1966 el General Onganía derrocó al presidente Arturo Illia, presidente electo en los comicios de 1963, presidente en una democracia muy débil y proscripta. Al mismo tiempo, las mayorías populares y trabajadores no tenían la libertad de expresar sus ideales políticos.
Algunos dicen que ese día empezó la decadencia de la universidad Argentina, somos de los que relativizamos esa experiencia: la decadencia empezó con el golpe de 1955, lo que hizo esto fue profundizar esa idea de ajuste, recorte, evitar que la Argentina tuviera la posibilidad de un desarrollo independiente, autónomo, con conciencia y educación.
Recordemos que el Decreto 4161 con el que la dictadura de 1955 prohibía la mención de cualquier palabra vinculada con Perón, Peronista, JDP, Evita y Eva Perón.
En dicho contexto, un mes después de tomar el poder el general Onganía sanciona el Decreto 16.912 que colocó a los directores y decanos de las 8 universidades nacionales existentes a disposición del Poder Ejecutivo y puso fin a los principios de autonomía universitaria, cogobiernos tripartitos de profesores, graduados y estudiantes que regían a nuestro sistema universitario de ese momento.
En la Ciudad de Buenos Aires, el Consejo Superior que ya se había manifestado en contra a la interrupción del proceso del orden constitucional, rechazó la intervención y estudiantes, graduados y profesores ocuparon distintas facultades como expresión de resistencia a la mediad.
La Dictadura tenía dos objetivos centrales: despolitizar a los estudiantados y limitar el crecimiento de la matrícula universitaria. Ahí comienza un proceso de fuga de cerebros y se calcula que 1300 profesores dejaron la UBA por diferentes destinos.
¿Por qué la llamamos la Noche de los Bastones Largos?
Porque el 29 de julio de 1966 -por la noche- la Policía Federal irrumpió de manera violenta las casas de estudio, golpeó a sus ocupantes y detuvo a miles de personas. Procesos más violentos tuvieron lugar en la sede de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, ubicada en Perú 222 de la Capital Federal que se llama actualmente “La Manzana de las Luces”. La Dictadura tenía dos objetivos centrales: despolitizar a los estudiantados y limitar el crecimiento de la matrícula universitaria.
Ya hemos señalado la puesta en marcha de la Universidad Obrera y el Decreto de Des-arancelamiento en noviembre de 1949, la clase trabajadora había podido tener acceso a la educación universitaria. Esto se refleja en la matriculación que pasó de 40.000 estudiantes en 1945 a más de 138.000 en 1955 y en 1966 ya superaba los 220.000 estudiantes.
Ahí comienza un proceso de fuga de cerebros y se calcula que 1300 profesores dejaron la UBA por diferentes destinos y se los puede catalogar en 4 grupos:
- Quienes migraron al exterior.
- Quienes se re ubicaron en diferentes universidades y o centros de investigación en la Argentina.
- Quienes abandonaron el mundo académico para volcarse a la actividad profesional.
- Docentes que quisieron mantener sus cargos y luego fueron sentenciados por las nuevas autoridades universitarias.
En 1972, entre las últimas mediadas que aprobó esa dictadura, se crea la Carrera del Investigador del Conicet para dar un paso en el avance de alejar la investigación de las Universidades Nacionales.