Las pantallas y la alteración en la niñez y adolescencia

Hay un estudio en la Licenciatura en Psicología de la Universidad Nacional de San Luis que analiza cómo el uso de pantallas altera el ritmo sueño-vigilia en adolescentes. De allí, a las consecuencias que pueden perjudicar el rendimiento escolar, la memoria, la regulación emocional y el rendimiento cognitivo. Lo explicaron en Radio 10 el estudiante Tomás González y el docente investigador Carlos Arias.

¿En qué instancia de tus estudios estás, como iniciaste la investigación?

TG: Estoy cursando el 4º año de la licenciatura y del profesorado de Psicología en la Universidad Nacional de San Luis, integrando el proyecto de investigación salud humana desde un enfoque psico-biológico, soy tajante ahí y junto con el Dr. Arias llevamos a cabo la investigación.

¿Cuál fue el puntapié para indagar estos procesos del sueño, las pantallas y el descanso en los adolescentes?

TG: Hice un curso con el Dr. Arias y plantearon el tema, que es muy poco investigado, me gustó y pregunté cómo podía estudiarlo. Muchas veces nos damos cuenta por otros relatos que los chicos no prestan atención o se duermen y es porque no descansan por la noche, todo esto tiene una relación con el reloj biológico.

¿Hay información o números concretos?

TG: Estamos en plena labor de recolección de datos, hay chicos que duermen una o dos horas, tal vez cuatro, otros investigadores dicen que necesitan dormir 9 o más horas para poder cumplir las tareas del día.

¿Es muy difícil despojarse de la tecnología?

TG: Sí, hay una cuestión con las redes sociales, los adolescentes crecen con el uso de estos dispositivos, esto produce que estén despiertos más tiempo, se activan de noche.

Carlos Arias

¿Es real que algunos adolescentes duermen solo una hora?

CA: Sí, es gran parte de la línea de trabajo, hace años que investigo los ritmos biológicos, cronobiología y crono-psicología, son dos disciplinas que estudian estos ritmos en diferentes seres vivos.

Al principio comencé a trabajar con los crono-tipos que son:

•  vespertinos – búhos
•  matutinos – alondras

Todos tienen una base genética, aunque dentro de la familia tenemos horarios hay personas que tienen los propios, unos se acuestan temprano y se levantan más temprano y otros tarde y se levantan tarde.

Hay gente que se queda hasta tarde porque son tendencias naturales que se activan neurofisiológicamente por los pulsos de luz azul que generan algunas pantallas, algunos dispositivos tienen un bloqueador de luz azul que puede inducir un cambio de fase en el sueño, esto confunde a nuestro cerebro y alteran la secreción de melatonina que se encuentra en la glándula pineal.

A nivel mundial toda la humanidad duerme una hora menos con respecto a años anteriores y es preocupante.

¿Realizaran parte de la investigación interviniendo escuelas?

TG: Es un trabajo con los estudiantes, docentes, se puede plantear tipo jornada hablando respecto al uso responsable de las pantallas.

Las redes sociales están presentadas con algoritmos que te presentan cada vez más cosas que te interesan, quieren mantenerte enganchado mirando, está claro el objetivo de las corporaciones.

Todo esto es un asalto a los centros de recompensa y castigo que tenemos en el sistema central nervioso que depende de un neurotransmisor llamado dopamina, generan algo que se llama adicción sin sustancia.

Hemos investigado en niños y encontramos con un cuestionario a padres de pequeños entre 4 y 5 años, que aumentó el uso de pantallas y la mayoría de los padres perdieron el control con el uso de dispositivos.

Los chicos tienen baja tolerancia a la frustración y problemas emocionales, no sabemos cuál va a ser el resultado, pero podemos intuir que si el chico de temprana edad usa pantalla sin control y luego se la quieren sacar va reaccionar como cualquier adicto.