“No estamos enseñando lo que hay que enseñar, hay que aggiornarse”
EntrevistasEs la Directora de la Maestría y Carrera de Especialización en Tecnología Educativa de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y publicó el libro “Educación en pandemia”. Una charla en Radio 10 para entender los desafíos a tener en cuenta en los años que vivimos. Presencialidad y digitalización pueden ir de la mano. La mirada clave de esta especialista.
¿Con que nos encontramos en el libro?, ¿Coincidís con la virtualidad?
Efectivamente para quienes trabajamos en las universidades nacionales tantos años, estaba claro que la educación a distancia en términos generales siempre trajo más oportunidades, mayor democratización del sistema de educación superior. En mi caso, son 30 años dedicados a la educación informática y educación a distancia, nos toma por sorpresa el año pasado y nos genera una conmoción el cierre de los edificios escolares, pero con las plataformas a disposición se generaron condiciones para que en todos los niveles pudieran sostenerse propuestas interesantes, fuertes, inclusivas también en los niños más pequeños.
Todavía tenemos deudas de inclusión digital, antes pensábamos en la conexión de las escuelas y hoy nos damos cuenta que también es importante tener dispositivos y buena conexión en los hogares porque estas propuestas dependen profundamente de esto. La docencia aprendió y está dejando todo para poder diseñar propuestas de nuevo tipo, que sean profundamente inclusivas, y que permitan que en una pandemia como la que estamos viviendo, cada chico o cada chica tenga cumplido el derecho a seguir educando.
¿Es la primera vez que la escuela tiene una renovación tecnológica?
Definitivamente no. Si uno se remonta a las últimas décadas, hubo momentos que tuvo que ver con la radio, luego la televisión, el uso del diario en la escuela, más adelante llegó la informática educativa cuando se armaron laboratorios, y a partir de 2010, el enorme impulso que generó el programa Conectar igualdades, principalmente en el nivel medio en formación docente y escuelas rurales. Esa ola de ascenso que se crea en ese momento, primero que no se sostuvo y segundo no llegó a construir marcos totalmente renovados, dejó una base que tiene que ver con el derecho. Nosotros hemos visto muchas docentes que hacen educación innovadora con tecnología, algunas escuelas que tienen experiencias innovadoras con tecnología. Esta es una condición diferente, las escuelas están cerradas, nosotros podemos seguir educando aprovechando todo esto que se venía dando a lo largo del tiempo.
¿Nos cuesta más a los profesores que a los chicos?
Si, me parece que acá hay un tema cultual. Lo que nos cuesta es comprender el modo en que los chicos y/o chicas se van moviendo de una tendencia cultural a la otra. En su momento nos sorprendía que estaban en Facebook y cuando nos metimos para ver de qué se trataba, se fueron. Hoy están en redes que les permiten general materiales muy ricos, editan videos, hacen performance y eso nos cuesta. El salto lo pegamos cuando reconocimos que esos eran nuestros estudiantes y nos subimos a esas redes y tratamos de comprender qué se genera ahí y si incluyen estas redes que los estudiantes utilizan, las prácticas de enseñanza inmediatamente a ellos o ellas le comienzan a resultar muy atractivas. Creo que es un comienzo para nosotros, cultural, pero vale la pena hacerlo.
“Si tengo la posibilidad de estar en el edificio de la escuela de todas maneras, tendría que generar una propuesta que quede documentada en un entorno tecnológico para que los niños o niñas puedan ir todas las veces que quieran. Eso es inclusión, porque no todos los chicos y chicas aprenden al mismo tiempo”.
¿De acá a 20 años que trascendencia va a tener la virtualidad en niños y/o niñas?
A mí me gusta el trabajo de Alessandro Baricco que dice que lo que tenemos es un trabajo de evolución mental. La realidad es al mismo tiempo física y virtual, los modos en que se construye el conocimiento tienen esta doble lógica. De acá en adelante, tenemos que pensar en todos los niveles del sistema y propuestas que reconozcan esta dualidad, si tengo la posibilidad de estar en el edificio de la escuela de todas maneras tendría que generar una propuesta que quede documentada en un entorno tecnológico para que los niños o niñas puedan ir todas las veces que quieran y eso puede ser condición de inclusión porque no todos los chicos y chicas aprenden al mismo tiempo. Con toda esta locura de los encuentros sincrónicos, si cada encuentro queda grabado y un chico o chica se toma más tiempo para comprender ciertos conceptos o desarrollar alguna habilidad, puede volver ahí, revisarlo, revisarlo con su maestra o maestro cuando lo necesita. Tal vez es una condición de mejora en la educación, este es el momento tan difícil, las plataformas son totalmente amigables y si generamos inclusión para que todos los chicos y chicas puedan participar de esta propuesta, vamos a hacer una educación mejor a la que teníamos porque la anterior era bastante expulsiva al juzgar por los resultados.
Una de las condiciones es reconocer lo que los chicos hacen en sus redes o digitalmente es parte de una producción cultural y si los grandes logramos comprender que son y como son los chicos esa educación va a ser mejor. ¿Esto es lo que usted plantea?
Sí, le agrego un tercer aspecto dentro de ese mismo paquete que son los modos en que se construye el conocimiento disciplinario. Nosotros hace un año y medio que estamos haciendo trabajo de campo en escuelas, en prácticas de la enseñanza concretas sin haber visitado físicamente ninguna, nos encontramos con docentes, hacemos entrevistas, participamos de las propuestas de clases, documentamos, nos reunimos con investigadores de otros países, estamos haciendo investigación que está totalmente entramada en foros tecnológicos y si no fuera así no podríamos hacerla, esa es la forma en la que se construye el conocimiento en la contemporaneidad. Si no traemos esto a la práctica de la enseñanza, el problema es que ya no estamos enseñando lo que tenemos que enseñar que es una versión contemporánea, aggiornada, actualizada de los modos que se construye el conocimiento. Me parece que ahí es donde se abren las aguas, la práctica de la enseñanza tiene que tomar esta dimensión como parte de su diseño. Los chicos muchas veces traen sus propuestas para enriquecer la práctica de la enseñanza, una trama que es cultural y que los incluye y para mí, eso es educar.